COMO MINERO
Esta mañana un poco, y solo digo un poco, porque jamás podré sentirlo igual, me ha parecido estar en la galería de la mina.
Os preguntareis porque digo esto. Pues bien, porque por fin hoy llego el dia de bajar a la cochera y aunque el cubo de pintura preferí no destaparlo, si que me decidí al menos a limpiar estanterías y quitar cosas inútiles. Empecé por pelear con las telarañas y cuando me decido a barrer, madre mia, era un polvo negro que se metía hasta lo mas hondo de los pulmones, y ya no digamos cuando comienzo a desalojar baldas, bajar cajas, quitar el polvo que en ellas había. Llego un momento que ya no veía, no sabia si se había oscurecido o que pasaba, hasta la respiración parecía faltarme. Tras cuatro horas metida en “las profundidades”, pues asi esta la cochera, llega la hora de hacer un alto en el camino para ir a comer y salgo al exterior. Ese sol me deslumbra, me molesta; mi vestimenta, al igual que mis piernas y brazos están negras. Llego a casa y entro al cuarto de baño dispuesta a darme un baño y cuando me veo en el espejo…”horror”, realmente me parezco a los mineros. Mi cara era tan negra como mi ropa, brazos y piernas. Es la misma imagen que tengo de los mineros cuando regresaban a casa tras la jornada
Loli Gomez
Esta mañana un poco, y solo digo un poco, porque jamás podré sentirlo igual, me ha parecido estar en la galería de la mina.
Os preguntareis porque digo esto. Pues bien, porque por fin hoy llego el dia de bajar a la cochera y aunque el cubo de pintura preferí no destaparlo, si que me decidí al menos a limpiar estanterías y quitar cosas inútiles. Empecé por pelear con las telarañas y cuando me decido a barrer, madre mia, era un polvo negro que se metía hasta lo mas hondo de los pulmones, y ya no digamos cuando comienzo a desalojar baldas, bajar cajas, quitar el polvo que en ellas había. Llego un momento que ya no veía, no sabia si se había oscurecido o que pasaba, hasta la respiración parecía faltarme. Tras cuatro horas metida en “las profundidades”, pues asi esta la cochera, llega la hora de hacer un alto en el camino para ir a comer y salgo al exterior. Ese sol me deslumbra, me molesta; mi vestimenta, al igual que mis piernas y brazos están negras. Llego a casa y entro al cuarto de baño dispuesta a darme un baño y cuando me veo en el espejo…”horror”, realmente me parezco a los mineros. Mi cara era tan negra como mi ropa, brazos y piernas. Es la misma imagen que tengo de los mineros cuando regresaban a casa tras la jornada
Loli Gomez