PUERTOLLANO: (continuación)...

(continuación)

El tren se detendría, en en la estación. Ni tan siquiera me esperaban, unos lejanos familiares. Me dirigí a la dirección indicada y a duras penas pude entenderme, con la "cocierge" la cual amablemente decía algo así como: Atendez un peu... travay". En ese momento. aparecería Juanita (asi se la llamaba), y me acompañaría en un tren de cercanías, hasta Saint Colud. Ni tan siquiera me dijo, si quería tomar algo. Supe días después que de ellos no podía esperar nada. Ella trabajaba en la Rué de Moscu, y por un clientes, me había proporcionado aquella miserable "chambre". Desde lo alto de aquella ciudad, pegada a Paris, se divisaba esta ciudad, de la que de niño, soñara, con Jean Valjean. Cosette Mario, y otros personajes, malvados, de los miserables.
Transcurieron varios días. en los que pasé por los alrededores. Palpé mis bolsillos. ¿porque no buscar un trabajo, puesto que aun me quedaban mas de dos meses, hasta que...

Pero mientras tanto, había conocido a Emilio. Este me "miraba con desconfianza, al saber de donde yo venía". luego sería un buen amigo. Este, se interesaba por cuanto sucedía en España, y se le adivinaba sus muchas nostalgias. Era valenciano, y aperas con diez años, ya no vería nunca mas a su padre, y de la mano de su madre, un buendía, con otros niños, se viera camino de Barcelona, luego marsella y Paris después. Donde su madre enfermó y moríría. Vivia en pareja con una buena mujer, alguna vez me invitaría a su casa, y sabría por el, lo mucho que sufrieron aquellos niños y otros menos niños.

Mientras recuerdo, pelo unas patatas. Concha una Valenciana, también a la que su marido abandonó, como vivía cerca, me enseñaría como preparar algunos guisos.
Por ella supe que había, muchas mujeres españolas, en Paris y7 ue cada una de ellas tenía su particular drama. Aquel día estoy solo. es un día de lluvia. recuero que escribiría mientras se freían las patatas:

! Pendieronsé en el tiempo y en la nieve, mis mas bellos paisajes!
! Que lejos, ho mis robles y pinares, movidos por el viento!
! Que conciertos mas tristes me gimen en los brazos de la tarde.
! Atrás, cuantos cantares se morirían heridos por los vientos!

Antes de cruzar el puente, de Boulogne a Saint Cloud, tomaría un cafe, muy cerca de la glorieta, en la que se unían la Rue de París, com La Route de la Reine" (como anecdota, un año mas tarde sería mi domicilio en, en ese mismo café, y posteriormente, en la Rue de Paris. Hoy aquel edificio de cinco plantas, ha sido demolido y ocupa su lugar; un hermoso edificio moderno y acristalado. Para los que conazcan a Ñirre (Antonio), con este, tomaríamos un café en el anterior viaje. Alli conodería a Ivette. de Ivette ya ecribiría algo, peroseguramente, en el curso de esta historia, cabría mencionar su nombre de nuevo. Vayamos al centro de la historia.
Una ven atravesada la glorita, me encaminé hasta Saint Cloud, me detuve, en, el puente sobre el Seine, y contemplado los barcos en sus orillas, medité sobre mi sutación. Me había dado cuenta, de que de el país en el que yo estaba y el mío, había, en lo economico y en todo una diferencia abismal.
Treparía la cuesta, y en lo alto, calle adelante, crugería la nieve, bajo el peso de mi cuerpo. Había helado, y mis zapatos hacían agua, sentía frío y humedad en los pies. Días después, me haría con unos zapatos, recogidos de un contedór. Concha, reía, cuando le conté la odisea. debo decir, que jamás me acosté con ella, para mi era como mi propia madre. Pero de eso hablaremos seguramente mas tarde.
En la zanja había un obrero portugués, recogiendo herramienta...
- ¿Vous... savez... si trabajo?
- Venez, yo falare au chef
Aquella tarde, un nuevo canto, de tristeza y sudor, estallaría, en una ciudad, sobre la nieve, el silencio, y el frío. Y recordé los otros viajeros, hacia otros países. Y no se porque, los consideré como algo mío.
J. M. (LIBERTAD) continuará.