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PUERTOLLANO: Libertad cada dia disfruto mas leyendo tu bonita historia,...

(continuación)

Las olas se acercaban a la playa y besaban la arena-me decía Joao,, una vez hubiéramos dedo buena cuenta de de el bacalao con patatas, de aquel domingo. de el mes de diciembre) todos los días, me acercaba, desde muy niño: vivíamos en una casita cerca de la playa; de eso hace mucho tiempo. Yo hijo único, fuera creciendo, y en aquella humilde barca, junto a mi padre, acudíamos a pescar. La vida de mi padre era dura, como lo era la del resto de los pescadores, de aquel pequeño pueblo. Luego me alistaría en el ejercito y mi destino fuera Angola...
-! Africa!- le interrumpí- conozco Africa, pero ya te contaré algún día.
Cuando regresé, intenté otros oficios mal pagados. Un mal día, mi padre, no regresó. Mi madre, no soportaría su perdida, y enfermó. Un mes después falleció.
Un año después me casaría. Uno de los muchachos que conoces, se vino hasta aquí, pero se precisaba dinero. Un año mas y nacería el segundo hijo. En mi país al (igual que el tuyo, supongo, a juzgar, por la cantidad de gente emigrada en busca de trabajo) mucha gente vivía en la miseria. Precisaba, al cambio del escudo, unas 20.000 ptas, de las vuestras, está s me lasprestaron y aún debo la mitad.

Había pasado una semana, y al domingo sigu1ente Joao, de nuevo comería con migo... tosía muy a menudo, por lo que le dije:
-No quiero ofenderte, amigo, pienso que deberías ir al medico. Toses demasiado. puedes caer enfermo, y, comer algo mas que esos macarrones, que con un poco de mantequilla, llevas todos los días.
-! Que mas quisiera yo! Ya debo bastante dinero, hay que mantener dos rapaces, y la mujer, y, la casa que he heresado demi padre está vieja y destartalada...

"Relojes de invierno- interrumpí Relojes que marcan las penoas horas de los pobres. Miles de puertas que se cierran, Tristes sendas, en mitad de la indiferencia de quellos que posen. Hatadas desgarradas, cruzando fronteras, para alumbra ese reloj brillante que alumbra a los señores... en cualquier parte, de la noche (para los humildes, casi siempre es de noche) hollando, caminos y aceras, de nieve"
Joao había escuchado en silencio, luego dijo:
-Deberías escribir, todas esas cosas.
-Lo hago, respondí- y le mostraría una carpeta amarillenta con algunas cuartillas. Luego dije:
-Amigo Joao. eres un cabezota, ahora importa tu salud. Y me dirigí ha la ventana. abajo el el patio la "concierge" trajinaba con las "Pubelles". Dije:
- ¿Sabes Manuel? Hoy vamos a preparar un conejo encebollado, que me ha enseñado a preparar, la buenaza de Carmen.
- ¿Te acuestas con ella verdad?
-No amigo, no me acuesto con ella. Ni tan siquiera se me ha pasado por la cabeza, además, tengo donde entretener lo que me pide el cuerpo... bromeé. Ya te contaré otro día. Además, como sabes, el primero del mes de Febrero o me incorporo o todo está perdido. Y ahora pela las patatas, que esta tarde, esmi intención de visitar a alguien. El grifo coteaba, mientras yo encendía la cocina y preparaba la sartén.
-Tic tac, tic tac
_ ¡Que cantas ahora?- preguntó
-Nada, nada, tan solo sigo el compás de el gotear del grifo... y seguiría en mi tic tac, pues sabía que esto ayudaba a Joao a concentrase, en la tarea de cocinero.

Daríamos buena cuenta, que aquel guiso, que no estaba nada mal, y con un hasta mañana, nos despedimos, hasta el día siguiente. El a la barraca aquella, y yo me acercaría al "Royale". Allí había conocido a Celia.
"Le Royale" era un café situado, a solo unos metros, a unos cincuenta metros, de "le pont de Saint Cloud". Allli "le Seine" camina lento hacia el este.! cuantas veces atravesaría luego ese puente, y que buenos y malos recuerdos nacerían en una de sus orillas! Yo vivía unos metros mas arriba en una calle empinada. La Autoruta de el Oeste, pasaba a unos metros, y... me emocionó, pasar por ella en autobús camino de Vesailles! Como pensar entonces! ¿Como suponer que muchos años después, se viajaría de diferente manera?
Celia estaba, sentada, a la entrada del Royale a la derecha. Yo no sabía el día de el primer encuentro, que ese bar era frecuentado por españoles. Lo sabría mas tarde.
! Hola!
-! Hola! ¿Que tomas?
- Voy a tomar un café...
-El café lo tomaremos lo tomaremos luego en mi casa, ahora pide otra cosa.
Celia era así. Me dije que era una mujer, extraña, siempre solitaria, y rara vez reía.
-! Garçón, une biere, s ¡il vous plait"
-Chalaríamos de su tierra. De la playa del Sardinero, de la bahía donde yo saltaría en paracaídas de unas chavalas que conocí... y con las que habiía quedado, para el día siguiente, y que no hubo tal cita, por que vendria la orden, de regresar a Alcalá.
Hacía frío por lo que Celia decidió de dirigirnos en busca de el café prometido.
En aquella habitación no mucho mas grande que la mía, se veía las manos de una mujer. Se lo dije mientra ella ponía un tocadiscos. Mientras bailábamos, no pensaba precisamente en ella. Su rostro sobre el mío, no me producía las mismas sensaciones, que aquella chiquita, de todo un día en el Río Henares, y toda una tar-de noche, en un baile en Madrid. La música rompía el silencio y apenas si nuestros cuerpos se movían que para apretarse el yno contra el otros. Cierto que surgía el despertar de el deseo, y mis brazos se crecían, mientras mi cerebro pensaba en universos a descubrir.´Era mucho tiempo sin hacer el amor, aunque ya estaba acostumbrado, de donde venía a meses enteros, sin tan siquiera la presencia de una mujer... en segundos, nos encontraríamos navegando.
Su cuerpo era hermoso. Uno al lado del otro amanecimos, desnudos, El despertador, me diría que a solo unpar de Kilometros, me esperaba un pico y una pala.
Ahí, terminaría la historia de Celia. Días después, me acercaría allí donde vivimos una noche de amor. Había luz en la ventana... llamé, se apagaría y la luz, y sin embargo la puerta no se abrió. Esperé unos minutos: nada. Intrigado, hice guardia no muy lejos. No fue vana mi espera... un coche paró, se detuvo, ante la puerta a la que yo había llamado, y Celia entraría en el.
Una especie de morbo, me llamó a acercarme: Un hombre y una mujer, estaban abrazados en el interior del coche.
Unos días después, en el bar de siempre y tas el! hola! de rigor Dije:
Lo se Celia, lo se
Me miraría extrañada, y tras una aclaración por mi parte, me dijo:
-! Estoy enamorada, amigo, estoy enamorada!
-Esta fuera mi primera y breve aventura, en la "Citte de l'amour".
J. M LIBERTAD (continuará)

Libertad cada dia disfruto mas leyendo tu bonita historia, ya que tiene momentos de todo alegres y tristes, asi es la vida ¿Verdad?
Un abrazo