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PUERTOLLANO: Continuación)...

Continuación)

"Hoy con tanta nieve, no puedo repesar en el olvido" En el olvido de Rosa; la niña pequeña, en la que muchas veces mi recuerdo se han parado veces. En aquel rostro sonrosado y hermoso cuando aquellos brazos pequeños se abrazaron, con desesperación mientras de cía:! No te vayas!! no me dejes sola. que tristeza, en aquellos años ya próximos a los de ser mujer. Que poema de amor hubiese escrito.

La nieve, había dado paso a la lluvia. Pe4 tiré sobre la cama; estaba cansado. En la habitación de al lado, lloraba un niño. Los llantos de los niños, no se porque, siempre me parecieron tristes. Ya leía algún peridico; a grandes letras "France Soire" decía que en le Vietnan los americanos... como siempre, puestos y mas muertos porque así lo disponen unos cuantos. Muertos a causa de la pobreza, y los fanáticos, que hoy cuando esto escribo, aún siguen gritando: "! Muerte a los infieles!
Recuerdo que aquel día, escribí antes de salir algo así
"Herían mi memoria imágenes fugitivas: campos destrozados. Hombres silenciosos y barbudos; poblando los caminos... me hice amigo de su silencio... y hoy, mirando lo que debiera ser verdor de plantas primaverales, cubierto, de un fríó y extenso manto de frío; me hace tiritar por los cuatro costados. Y recuerdo.
Y recuerdo a aquel niño, que aún no sabía. "De el ramal de las mulas, tirando - de sus manos pequeñas- ya el frío del mundo. abrazando. Curbas de la carretera adelante, sin mas compañaia que el silencio y las estrellas, alcanzaría "El arenal"... "! Y se movían las matas!"! No, no eran las matas las que se movían, era, la soledad clavada en un lugar de la tierra, de lo que aquel niño temblaba! Cuatro kílometros, en la noche hasta el molino.
Allí, algunos hombres chalaban, mientras estrujaban la bota. Callaron cundo yo llegué con aquellos dos costales de trigo.
¿No te has encontrado a los guardias, por lo que se, no son muy amigos tuyos?- Con una risotada, que me molestó, había dicho, el "tío" Alejandro.
Le miraría mi padre, con indiferencia, mientras yo pensaba, que si los guardias, hubieran querido, se habrían acercado a el molino. Si se que grabaría en mi memoria, aquella escena, de cuatro hombres y un niño, en medio de la noche, porque se aproximaba la siega, y no había pan. Si recuerso que escribiría dentro de mía aquella noche: "! Pacencia!" "! Pacencia"! mientras me tiritaba aquel niño, en mitad del camino, y palpaba ya el mundo desde sus memorias pequeñas. Si guardaría de la senda, aquella, que se torcía la carga,
y que peligraban algunas creencias"

Dejaría lo escrito, muchos años después, en aquella carpeta amarillenta, que aún hoy conservo en alguna parte, y salía a la calle. Una especie de niebla lo envolvía todo. Goteaban las farolas y los árboles. No recuerdo por que me dirigí a la entrada del parque, ni porqué, diera media vuelta, para tomar luego en puente Hasta Boulogne y retorné de nuevo, empapado de las gruesas gotas que desprendía los árboles a lo largo del río. Si recuerdo que desandé el camino de nuevo. y que pediría un café. Allí conocería a Ivette. IVete era una muchacha rubía, que me ofrecería después un cigarrillo, y que se reía de una risa contagiosa, a causa de mi acento. Le prometí que volvería. aquella muchacha tenía algo que me atraía. Ademas, no pasó desapercibido por mí. que las simpatías eran mutuas.
Otra vez, cruzar el puente. Otra ven la soledad de "La chambre", la cena, que solo sería un unte de paté campaña. y a esperar la anja a la mañana siguiente.
Pero no dormía; pensaría en el Madrid de mi infancia. demasiadas gentes pidiendo limosna a las puertas de las iglesias y, por todas partes. Nunca he olvidado, a aquel hombre y aquel niño. Ël, el que sería su padre, de su único brazo extendido, suplicaba limosna. La gente entonces, no pedía para vicios. El niño, estaba tiritando, apretado a su padre, y me niró con sus ojos grandes... ¿Que le abra pasado en el brazo?- pregunté a mi madre- Lo mismo que le pasó a tu tío; respondió mi madre.
Y caminamos, hasta una tienda cerca de Cascorro, donde vendían ropas usadas. Mi madre, me compraría mi primera chaqueta, que por cierto me quedaba un poco grande. Mi primera chaqueta, de la cual, aún conservo los botones en otra que me haría años después. El dueño de la tienda dijo que pertenecía a un ingles. de los que vinieron años atrás, y que combatió del lado de La República. esto último, se lo diría el hombre a mi madre, en voz muy baja. Me habían dicho que esa palabra era mejor no pronunciarla.
Tendrás que llevar la chaqueta, a la tintorería. había dicho mi tía. con mi madre, la llevamos cerca de Cuatro Caminos y al día siguiente mi madre regresaría al pueblo. Días después recogería aquella chaqueta y no esperé mucho tiempo, para que, la prenda aquella se ajustará ami cuerpo... justo cuando, ya en mi cara apuntaba lo que luego sería mi barba, y que precisamente, ya percibía del mundo, olores que me producían nauseas´. Ya no vestiría aquella prendas de lana que tegía mi madre o abuela. ya no hacía preguntas,, las respuestas venían por si solas... salarios insultantes, con los que mi tía hacía malabares en la cocina, para en la mesa, quedar los platos, tan limpios, por dentro como por fuera. "Los sinvergüenzas, tienen sus criadas para dejar así de limpios los plato"-decía mi primo Gabriel, mientras rebañaba, con un pedazo de pan, su plato.
A partír de aquel día, supe que tenía, el mundo por delante, con toda su crudeza. ¿Como pensar entonces, que me vería en la ciudad, en la que alimentaría, mi afán de aventuras, haciendo mías sus vievencias? "Los Miserables" fuera el libro, que me hiciera entrar en cada uno de sus personajes, y el triste destino de alguno de ellos.
J. M. (LIBERTAD)
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Solo pedir se me excusen la muchas faltas: unas veces la memoria trae los recuerdos demasiado aprisa, y mis dedos, acuden a destiempo u olvidan.! Gracias amigos!
hola libertad acabo de leer tu historia y como siempre te digo, es preciosa nada mas lejos dde la realidad cuanta verdad dices en todos tus escritos pero de todo el escrito me quedo con, la mirada de la chica rubia, que se quedaria esperando tu regreso porque intuyo que esa mirada diria muchas cosas, me quedo cuando tu madre te compra la chaqueta de segunda mano de un ingles preciosa historia bueno me quedo con todo el relato, recibe un fuerte abrazo hasta pronto