Como una de las viandas que se asan en las hogueras son los chorizos tomo la foto para dejar un poco de historia
Las hogueras, lumbres y candelarias
Las primitivas tribus que poblaban el planeta, rendían homenaje a ancestrales espíritus del fuego. A lo largo de la historia la iglesia católica ha cristianizado todos los ritos, costumbres paganas y creencias ancestrales para lograr la fertilidad de la tierra. Nacen así, las distintas fiestas religiosas del ciclo anual actual, que fueron cristianizadas y que perduran hasta nuestros días.
Pasadas las navidades, durante los meses de enero y febrero, el santoral de la iglesia católica ha consagrado fiestas a distintas advocaciones, fiestas que se han perpetuado en el tiempo cobrando gran importancia. Estas celebraciones han sido denominadas tradicionalmente los Santos de Invierno. Todas ellas tienen como elemento común el encendido de hogueras, vestigios de aquellos cultos ancestrales. Refiriéndonos a nuestra comarca, que se ha dado en llamar la Mancha baja, cobran relevancia la conmemoración de las siguientes advocaciones:
-San Antonio Abad, conocido popularmente como San Antón, que se celebra el 17 de enero. Famoso por sus milagros, era el abogado de los animales.
-San Sebastián, mártir cristiano. Se celebra el 20 de enero. Se invoca su ayuda por los fieles en contra de las plagas de peste.
-La Virgen de la paz, patrona de diversas localidades de la provincia, se celebra el día 24 de enero.
-Los Santos mártires, Santa Julita y San Quiriquito, en Argamasilla de Calatrava, aún se conservan valiosas reliquias. Se celebra el día 29 de enero.
-San Blas, abogado de las afecciones de garganta, se celebra en diversas localidades de las provincias el día 3 de febrero.
-Y por último la Candelaria, cobra especial importancia en Puertollano, y en el valle de Alcudia, por ser patrona de La Bienvenida, principal enclave histórico de la zona, antigua Sisapo romana.
Podremos situar los antecedentes cristianos de la festividad de la Candelaria en la conmemoración de la presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de la Virgen. La ley judía exigía la presentación de los hijos varones en templo a los 40 días del nacimiento. Coincide este período de tiempo con el día de Navidad, fecha de nacimiento de Cristo. Su denominación procede de las velas, llamadas candelas, que los fieles portaban en las procesiones. Posteriormente, y con afán de cristianizar aún más esta fiesta de origen pagano, muchos de templos se dedicaron a la madre de Dios, bajo la advocación y nombre de La Virgen de La Candelaria.
Comenzaba la fiesta, las vísperas el día 1 de febrero, con la preparación de la leña de la hoguera. Generalmente la leña procedía de la poda de los árboles, y del olivar, aunque subyacía la idea de destruir todos los enseres viejos y prendas inservibles, para comenzar la nueva época del ciclo agrícola, sin malos influjos, y purificando así, la vida familiar y las cosechas venideras.
Al regreso de los hombres de las tareas del campo, o de sus quehaceres en distintos oficios, se prendía La Candelaria. Las hogueras se encendían en entornos muy familiares, era frecuente que en la localidad ardieran un número importante. Este hecho destaca el afán de las familias en purificar el entorno más próximo de cada una de ellas.
En las brasas de la lumbre, se preparaban y compartían las viandas de temporada, generalmente productos de la matanza: morcillas, chorizos, panceta del cerdo, etc, sin olvidar las patatas, todo ello regado con vino o limoná. Los ancianos relataban antiguas historias y chascarrillos. Las mujeres interpretaban canciones antiguas y los más jóvenes se divertían haciendo juegos y persiguiendo a las mozas.
Era costumbre obligada bailar los tradicionales corros alrededor de la hoguera. Se pretendía así, cogidos de la mano, sumar la fuerza necesaria, para con la complicidad de la magia del fuego, conseguir ahuyentar las malas influencias. Concluía la celebración bien entrada la madrugada, las mujeres arreglaban las calles y recogían las brasas de la lumbre para los braseros.
En las últimas décadas, las fiestas de la Candelaria, fué perdiendo importancia y languideciendo. En nuestro pueblo, hace unos años, la fiesta ha comenzado a recuperarse y celebrarse en todo su esplendor, gracias a la iniciativa de diversos colectivos y apoyo del ayuntamiento.
Las hogueras, lumbres y candelarias
Las primitivas tribus que poblaban el planeta, rendían homenaje a ancestrales espíritus del fuego. A lo largo de la historia la iglesia católica ha cristianizado todos los ritos, costumbres paganas y creencias ancestrales para lograr la fertilidad de la tierra. Nacen así, las distintas fiestas religiosas del ciclo anual actual, que fueron cristianizadas y que perduran hasta nuestros días.
Pasadas las navidades, durante los meses de enero y febrero, el santoral de la iglesia católica ha consagrado fiestas a distintas advocaciones, fiestas que se han perpetuado en el tiempo cobrando gran importancia. Estas celebraciones han sido denominadas tradicionalmente los Santos de Invierno. Todas ellas tienen como elemento común el encendido de hogueras, vestigios de aquellos cultos ancestrales. Refiriéndonos a nuestra comarca, que se ha dado en llamar la Mancha baja, cobran relevancia la conmemoración de las siguientes advocaciones:
-San Antonio Abad, conocido popularmente como San Antón, que se celebra el 17 de enero. Famoso por sus milagros, era el abogado de los animales.
-San Sebastián, mártir cristiano. Se celebra el 20 de enero. Se invoca su ayuda por los fieles en contra de las plagas de peste.
-La Virgen de la paz, patrona de diversas localidades de la provincia, se celebra el día 24 de enero.
-Los Santos mártires, Santa Julita y San Quiriquito, en Argamasilla de Calatrava, aún se conservan valiosas reliquias. Se celebra el día 29 de enero.
-San Blas, abogado de las afecciones de garganta, se celebra en diversas localidades de las provincias el día 3 de febrero.
-Y por último la Candelaria, cobra especial importancia en Puertollano, y en el valle de Alcudia, por ser patrona de La Bienvenida, principal enclave histórico de la zona, antigua Sisapo romana.
Podremos situar los antecedentes cristianos de la festividad de la Candelaria en la conmemoración de la presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de la Virgen. La ley judía exigía la presentación de los hijos varones en templo a los 40 días del nacimiento. Coincide este período de tiempo con el día de Navidad, fecha de nacimiento de Cristo. Su denominación procede de las velas, llamadas candelas, que los fieles portaban en las procesiones. Posteriormente, y con afán de cristianizar aún más esta fiesta de origen pagano, muchos de templos se dedicaron a la madre de Dios, bajo la advocación y nombre de La Virgen de La Candelaria.
Comenzaba la fiesta, las vísperas el día 1 de febrero, con la preparación de la leña de la hoguera. Generalmente la leña procedía de la poda de los árboles, y del olivar, aunque subyacía la idea de destruir todos los enseres viejos y prendas inservibles, para comenzar la nueva época del ciclo agrícola, sin malos influjos, y purificando así, la vida familiar y las cosechas venideras.
Al regreso de los hombres de las tareas del campo, o de sus quehaceres en distintos oficios, se prendía La Candelaria. Las hogueras se encendían en entornos muy familiares, era frecuente que en la localidad ardieran un número importante. Este hecho destaca el afán de las familias en purificar el entorno más próximo de cada una de ellas.
En las brasas de la lumbre, se preparaban y compartían las viandas de temporada, generalmente productos de la matanza: morcillas, chorizos, panceta del cerdo, etc, sin olvidar las patatas, todo ello regado con vino o limoná. Los ancianos relataban antiguas historias y chascarrillos. Las mujeres interpretaban canciones antiguas y los más jóvenes se divertían haciendo juegos y persiguiendo a las mozas.
Era costumbre obligada bailar los tradicionales corros alrededor de la hoguera. Se pretendía así, cogidos de la mano, sumar la fuerza necesaria, para con la complicidad de la magia del fuego, conseguir ahuyentar las malas influencias. Concluía la celebración bien entrada la madrugada, las mujeres arreglaban las calles y recogían las brasas de la lumbre para los braseros.
En las últimas décadas, las fiestas de la Candelaria, fué perdiendo importancia y languideciendo. En nuestro pueblo, hace unos años, la fiesta ha comenzado a recuperarse y celebrarse en todo su esplendor, gracias a la iniciativa de diversos colectivos y apoyo del ayuntamiento.
Haber Lolilla que eres un libro abierto y lo cuentas todo, bueno todo no, que la edad la mantienes en secreto je. je….
Muy buena tu explicación de los orígenes de tales celebraciones, solo una pregunta maliciosa, como mañana es San Blas, eso significa que es el santo de las embarazadas……por aquello de por San Blas las cigüeñas veras….
Que tiempos aquellos con las hogueras y aquellas patatas tapadas con la brasa haciéndose poquito a poco unnnnnn.. si que estaban ricas…..
Muy buena tu explicación de los orígenes de tales celebraciones, solo una pregunta maliciosa, como mañana es San Blas, eso significa que es el santo de las embarazadas……por aquello de por San Blas las cigüeñas veras….
Que tiempos aquellos con las hogueras y aquellas patatas tapadas con la brasa haciéndose poquito a poco unnnnnn.. si que estaban ricas…..
Pues mira te cuento que podria ser ya que algunos decian que era médico, pero no van por ahi los tiros. San Blas es muy popular tanto en España con en America Latina. Tiene fama de milagrero, entre sus virtudes destacan: humildad, mansedumbre, paciencia, devocion, inocencia.
Fué obispo y martir, San Blas era el pastor prudente, celoso e intrépido elegido por la Providencia. Refugiado en una gruta, hizo vida de ermitaño. La leyenda dice que le hacian compañía las fieras, a las que curaba de sus dolencias. Detenido sufrió el martirio sin una sola queja, fué garroteado y suspendido de un madero, donde desgarraron sus carnes. Finalmente fué decapitado.
Es abogado en las enfermedades de garganta y protector de los niños y de los animales
Bueno Cubero creo te queda clara la vida y milagros de San Blas, y a ese refrán añado algo.... para San Blas las cigüeñas veras, sino las vieres año de nieves
Fué obispo y martir, San Blas era el pastor prudente, celoso e intrépido elegido por la Providencia. Refugiado en una gruta, hizo vida de ermitaño. La leyenda dice que le hacian compañía las fieras, a las que curaba de sus dolencias. Detenido sufrió el martirio sin una sola queja, fué garroteado y suspendido de un madero, donde desgarraron sus carnes. Finalmente fué decapitado.
Es abogado en las enfermedades de garganta y protector de los niños y de los animales
Bueno Cubero creo te queda clara la vida y milagros de San Blas, y a ese refrán añado algo.... para San Blas las cigüeñas veras, sino las vieres año de nieves