El Ayuntamiento de Puertollano inauguró de forma oficial en la mañana de ayer la nueva plaza peatonal situada en el Pilancón de los Burros, un espacio pensado para el uso y disfrute de los vecinos que hará las veces de rotonda para el tráfico rodado. Aunque su inauguración oficial se produjo en la mañana de ayer, lo cierto es que los vehículos hace semanas que circulan por la plaza, aunque el espacio peatonal, objetivo principal del proyecto que se ha realizado con cargo al Plan E 2009, no se había puesto a disposición de los peatones.
La inauguración de la nueva plaza del Olivo, también conocida por todos los puertollaneros como el Pilancón de los Burros, supone la segunda apertura oficial dentro del listado de proyectos que el Consistorio de la ciudad industrial presentó para su realización con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local en el año 2009, después de la apertura, a finales del año pasado, de la nueva plaza de La Tercia.
La construcción del nuevo espacio peatonal ha contado con una inversión total de 1.300.000 euros, y un plazo de ejecución de diez meses, propiciando para su puesta en marcha la contratación de un total de 62 personas, 20 de ellas sin empleo, teniendo en cuenta así el objetivo principal marcado por el Gobierno con la realización del Plan E.
El proyecto, aparte de embellecer la zona, ha ofrecido una solución al tráfico rodado con la creación de una gran rotonda que distribuya los vehículos procedentes de las calles Vía Crucis, Nueva, Cañas, Córdoba, Asdrúbal y Canalejas.
Para una mayor seguridad de las personas que se encuentren en el interior de la plaza se ha construido un muro perimetral recubierto de piedra artificial, atendiendo a la demanda de los vecinos, dado el importante número de vehículos que circulan por la zona.
El espacio peatonal culmina, además, con un monumento con tres elementos en bronce y una fuente que se encuentra elevada sobre la plaza. También se ha mantenido en ella el tradicional olivo que daba nombre a la estancia.
Juan Francisco Gómez-Cambronero es el autor del conjunto escultórico situado en un lateral de la plaza que recuerda el antiguo abrevadero de animales con un vecino de Puertollano con su chambra junto a dos burros, uno de ellos bebiendo de la fuente y otro con un serón cargado de carbón, escenificando como lugar de descanso después de transportar el mineral desde las cercanas minas. Cada uno de los animales pesa 550 kilos, y la estatua del hombre cerca de 200.
El primer teniente alcalde, Antonio Rodríguez, señalaba que la remodelación de este espacio se ha hecho «por motivos estéticos, pero sobre todo también para ofrecer una solución al problema del tráfico en este punto, tras el estudio realizado por la Universidad de Castilla-La Mancha sobre la movilidad de nuestra ciudad».
La inauguración de la nueva plaza del Olivo, también conocida por todos los puertollaneros como el Pilancón de los Burros, supone la segunda apertura oficial dentro del listado de proyectos que el Consistorio de la ciudad industrial presentó para su realización con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local en el año 2009, después de la apertura, a finales del año pasado, de la nueva plaza de La Tercia.
La construcción del nuevo espacio peatonal ha contado con una inversión total de 1.300.000 euros, y un plazo de ejecución de diez meses, propiciando para su puesta en marcha la contratación de un total de 62 personas, 20 de ellas sin empleo, teniendo en cuenta así el objetivo principal marcado por el Gobierno con la realización del Plan E.
El proyecto, aparte de embellecer la zona, ha ofrecido una solución al tráfico rodado con la creación de una gran rotonda que distribuya los vehículos procedentes de las calles Vía Crucis, Nueva, Cañas, Córdoba, Asdrúbal y Canalejas.
Para una mayor seguridad de las personas que se encuentren en el interior de la plaza se ha construido un muro perimetral recubierto de piedra artificial, atendiendo a la demanda de los vecinos, dado el importante número de vehículos que circulan por la zona.
El espacio peatonal culmina, además, con un monumento con tres elementos en bronce y una fuente que se encuentra elevada sobre la plaza. También se ha mantenido en ella el tradicional olivo que daba nombre a la estancia.
Juan Francisco Gómez-Cambronero es el autor del conjunto escultórico situado en un lateral de la plaza que recuerda el antiguo abrevadero de animales con un vecino de Puertollano con su chambra junto a dos burros, uno de ellos bebiendo de la fuente y otro con un serón cargado de carbón, escenificando como lugar de descanso después de transportar el mineral desde las cercanas minas. Cada uno de los animales pesa 550 kilos, y la estatua del hombre cerca de 200.
El primer teniente alcalde, Antonio Rodríguez, señalaba que la remodelación de este espacio se ha hecho «por motivos estéticos, pero sobre todo también para ofrecer una solución al problema del tráfico en este punto, tras el estudio realizado por la Universidad de Castilla-La Mancha sobre la movilidad de nuestra ciudad».