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Continuación)
Buscaba lucidez tras el desconcierto. El sueño era uno de esos sueños que se quisieran realidad: allí estaba la carta en mis manos...
"Te espero amigo mío: me has hecho soñar... Te he soñado toda la noche en sofocante inspiración, en una ardiente agonía de la que no quisiera haber despertado. Mi corazón remendado ha latido por ti, hacia sunsurros, hacia tu cálido aliento y desde esa sensación me he asomado a la esperanza... para amarte. Se, que hoy me encuentro muy despierta, de el letargo de mil horas.! Ah si tus pasos exploraran, y yo a mi vez gozara de la nitidez de tu paisaje!! Ah, si exploraras mis llanuras, cpmo las mias reclaman de ti, Y sería tu todo, entregada, Tu serias silencio para mi silencio, el grito para mi grito, el refugio para mi cuerpo, anhelante de sensaciones. Sacia ni sed y saciaré la tuya."
! Tal y como había soñado! leía, de pie. dispuesto a ir en su busca...
"Creo conocerte ya Porque ya has estado en mí y yo en ti. Quiero conocerte y que me murmures a mi sola las palabras bellas de tu carta. he cerrado los ojos, y, me he deleitado en tus palabras: su murmullo ondulante en cada una de sus sílabas. Eres la voz que me ha llamado, que me retumba que me acaricia, que me ha arropado horas de soledad. No quiero esconder nada. Ni tan siquiera decirte que he llorado de felicidad, porque esa carta la hubiese querido para mí. Dime que existes tal y como te he leído. Dime que eres mi primavera. Que no eres sombra, ni nube de ilusión. Esta es mi dirección: Te espero"
No cogería el taxi alguno; cpnocía la calle: no estaba lejos. Llovía, Goteaban las farolas, de sus cristales que despecían luces mortecinas. Ya era noche cerrada. No recuerdo, de mi sueño aquella calle por la que camino de prisa. Ni tan siquiera el cine. Si aquella puerta: era idéntica a con me la dibujara mi sueño. Llamé y me hice, y solo acerté a decir: "he recibido una carta..."
-! Sube, la puerta de arriba está abierta!
Alli estaba ella, mucho mas joven mucho mas bella...! No! no estaba destuda. y, vestía con sencillez. Un par de besos en la mejilla, y, tomaba mi mano como si ese gesto fuera ya una costumbre mientras decía-
-! Gracias por venir amigo mío! Te esperaba. hablaba sin cesar
Yo escuchaba mientras miraba su cuerpo. La estancia sencilla. Sus ojos, vivos y hermosos.. Y ella me relataba todo lo por mi escrito de memoria. ¿Ese libro... apuesto a uque es "Rimas y leyendas de Bequer?!
-Lo es -decía mientras por unos segundos, me miro intrigada. Yo lo habia cogido, lo tenía en mis manos. Y fuera entonces que le dijera, que habia soñado toda la noche con ella, con el libro, y el despertar... Solo dijo:
-! Yo también contigo...! A lo que respondí. Cuenta. Cuenta.
- He soñado desde que encontré tu carta, bajo la mesa de un bar.
Entonces le dije, como ya la conocía completamente desnuda, saliendo del baño. Como la habitación era muy grande, y ese mismo libro estaba encima de una mesa.
Sus ojos brillaban intensamente, mi ¡u cerca de los míos, y legó el primer beso... apasionados, diferentes, a los de Carmen. Como si adivinará mi pensamiento, en un gesto me invitó hasta un sofá mientras me decía, y me rodeaba con sus brazos:
-! No, yo no soy como ella... yo soy, cmo hubieras querido que ella fuera. Y se de tus de tus deseos, de tus ilusiones. Yo se que puedes amar intensamente. y que hasta puedes hacerme sufrir, pero sufriré contenta de tenerte por que se que posees amor y ternura.
Se había levantado y me cogió de las dos manos, y me llevó lentamente a otra habitación. Era el domitorio. Alli sin apenas darne cuenta, me despojó de mi vieja chaqueta,... la camisa, y sus manos, suaves y calientes, acariciaban mi cuerpo desnudo... pe pidió hiciera yo lo mismo, y entre besos, caricias y abrazos, pasaban los segundos... Su blusa, que la retiraría con mimo mientras delicadamente besaría sus senos, los que al instantes quedarían desnudos. Acaricie y me sentí acariciado, como nunca hubiere imaginado Instantes después, dos cuerpos completamente desnudos (el suyo era suave y caliente) y se buscaban.
Y callaban o murmuraban frases o suspiraban... no se cuantas horas.
Luego el silencio. Cuando despertó, tenía su cabeza sobre mi pecho, no quise que despertara. Hubiera querido que el tiempo, allí se hubiera detenido.
Cuando ella despertó, abrazó tiernamente, yo me dejé hacer. Creo murmuré, en un espacio en que sus labios me lo permitieron.
-Se es feliz en el amor... hoy no he despertado en la soledad.
Y me besó largamente mimosa.
J. M. (LIBERTAD)
Buscaba lucidez tras el desconcierto. El sueño era uno de esos sueños que se quisieran realidad: allí estaba la carta en mis manos...
"Te espero amigo mío: me has hecho soñar... Te he soñado toda la noche en sofocante inspiración, en una ardiente agonía de la que no quisiera haber despertado. Mi corazón remendado ha latido por ti, hacia sunsurros, hacia tu cálido aliento y desde esa sensación me he asomado a la esperanza... para amarte. Se, que hoy me encuentro muy despierta, de el letargo de mil horas.! Ah si tus pasos exploraran, y yo a mi vez gozara de la nitidez de tu paisaje!! Ah, si exploraras mis llanuras, cpmo las mias reclaman de ti, Y sería tu todo, entregada, Tu serias silencio para mi silencio, el grito para mi grito, el refugio para mi cuerpo, anhelante de sensaciones. Sacia ni sed y saciaré la tuya."
! Tal y como había soñado! leía, de pie. dispuesto a ir en su busca...
"Creo conocerte ya Porque ya has estado en mí y yo en ti. Quiero conocerte y que me murmures a mi sola las palabras bellas de tu carta. he cerrado los ojos, y, me he deleitado en tus palabras: su murmullo ondulante en cada una de sus sílabas. Eres la voz que me ha llamado, que me retumba que me acaricia, que me ha arropado horas de soledad. No quiero esconder nada. Ni tan siquiera decirte que he llorado de felicidad, porque esa carta la hubiese querido para mí. Dime que existes tal y como te he leído. Dime que eres mi primavera. Que no eres sombra, ni nube de ilusión. Esta es mi dirección: Te espero"
No cogería el taxi alguno; cpnocía la calle: no estaba lejos. Llovía, Goteaban las farolas, de sus cristales que despecían luces mortecinas. Ya era noche cerrada. No recuerdo, de mi sueño aquella calle por la que camino de prisa. Ni tan siquiera el cine. Si aquella puerta: era idéntica a con me la dibujara mi sueño. Llamé y me hice, y solo acerté a decir: "he recibido una carta..."
-! Sube, la puerta de arriba está abierta!
Alli estaba ella, mucho mas joven mucho mas bella...! No! no estaba destuda. y, vestía con sencillez. Un par de besos en la mejilla, y, tomaba mi mano como si ese gesto fuera ya una costumbre mientras decía-
-! Gracias por venir amigo mío! Te esperaba. hablaba sin cesar
Yo escuchaba mientras miraba su cuerpo. La estancia sencilla. Sus ojos, vivos y hermosos.. Y ella me relataba todo lo por mi escrito de memoria. ¿Ese libro... apuesto a uque es "Rimas y leyendas de Bequer?!
-Lo es -decía mientras por unos segundos, me miro intrigada. Yo lo habia cogido, lo tenía en mis manos. Y fuera entonces que le dijera, que habia soñado toda la noche con ella, con el libro, y el despertar... Solo dijo:
-! Yo también contigo...! A lo que respondí. Cuenta. Cuenta.
- He soñado desde que encontré tu carta, bajo la mesa de un bar.
Entonces le dije, como ya la conocía completamente desnuda, saliendo del baño. Como la habitación era muy grande, y ese mismo libro estaba encima de una mesa.
Sus ojos brillaban intensamente, mi ¡u cerca de los míos, y legó el primer beso... apasionados, diferentes, a los de Carmen. Como si adivinará mi pensamiento, en un gesto me invitó hasta un sofá mientras me decía, y me rodeaba con sus brazos:
-! No, yo no soy como ella... yo soy, cmo hubieras querido que ella fuera. Y se de tus de tus deseos, de tus ilusiones. Yo se que puedes amar intensamente. y que hasta puedes hacerme sufrir, pero sufriré contenta de tenerte por que se que posees amor y ternura.
Se había levantado y me cogió de las dos manos, y me llevó lentamente a otra habitación. Era el domitorio. Alli sin apenas darne cuenta, me despojó de mi vieja chaqueta,... la camisa, y sus manos, suaves y calientes, acariciaban mi cuerpo desnudo... pe pidió hiciera yo lo mismo, y entre besos, caricias y abrazos, pasaban los segundos... Su blusa, que la retiraría con mimo mientras delicadamente besaría sus senos, los que al instantes quedarían desnudos. Acaricie y me sentí acariciado, como nunca hubiere imaginado Instantes después, dos cuerpos completamente desnudos (el suyo era suave y caliente) y se buscaban.
Y callaban o murmuraban frases o suspiraban... no se cuantas horas.
Luego el silencio. Cuando despertó, tenía su cabeza sobre mi pecho, no quise que despertara. Hubiera querido que el tiempo, allí se hubiera detenido.
Cuando ella despertó, abrazó tiernamente, yo me dejé hacer. Creo murmuré, en un espacio en que sus labios me lo permitieron.
-Se es feliz en el amor... hoy no he despertado en la soledad.
Y me besó largamente mimosa.
J. M. (LIBERTAD)
