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PUERTOLLANO: Buenos dias Juan, veo que has sido madrugador como...

! Hola! Madrugador pero con retorno, al instante, otra cabezadita mas. Ya veo qu has encontrado la poesía.
No he mirado bien pero me temo que ahí, los temas se van perdiendo, pues en alguna parte puse, un relato y no le encuentro.
Anoche sonaría el Telefono desde Madrid: era Pilar. La dueña del último mensaje en mi pueblo. Hablamos largamente. Es una muchacha que te gustaría tratar. Inmensamente culta, llena de sencillez, y no con mucha suerte en la vida. Andaréis por la misma edad. La conozco, desde que regresé de Cantabría, y siempre ha habido una excelente amistad, y a lo que se, por parte de su familia y la mía. hasta es posible que seamos algo de familia. Ella que yo sepa siempre vivió en Madrid,. Es muy educada.
No se si meteré un relato hoy, el el pueblo, o por aqui. en "dos tomas" puesto que ha salido muy largo.
Venga, abrazos para todos.

Buenos dias Juan, veo que has sido madrugador como tu bien dices, pero tambien sé que tu retorno a la cama, ha sido corto, pues temprano volví a encontrarte por otros lugares, y debo decirte que tu relato no está perdido, lo encontré ayer y lo tengo guardado, pero lo dejaré para otro momento, porque hoy encontré otro, que me parecio mejor, es como tu dices, zancadas del pasado lleno de penurias, pero a fin de cuentas... ES HISTORIA y tu escrito dice asi:

! Hola Manuel! No tenía deseos de escribir esta mañana, por lo que me he dado una vuelta por los alrededores, y ha aparecido en medio de los olivares, el recuerdo de otros campos de olivares, también de Castilla la Mancha: señalo esta región por el hecho, de que alguno de los colaboradores, también es de esta región, que como en otras, hace mucho tiempo sucedieron muchas cosas.

<<<Hay quienes insisten una y otra vez en dejar de lado los recuerdos, ya sean triste o alegres. Yo no preciso decir:! no! puesto que en cualquier recodo reaparecen, y recojo lo dramático, lo entrañable, y gozo o me entristezco, dependiendo de lo que recaba mi memoria.
Cierto que me quedaría tiempo, para jugar a la guerra (los soldados "jugaban"
muy cerca), y también recorría los campos, en la búsqueda de algún nido. Mientras tanto, mi memoria iba recogiendo, cada risa o cada sollozo. mío o del entorno: esto, por mucho que otros digan no, forma parte de mi vida, y, ni yo mismo, me lo puedo sacar de la memoria, hacia el olvido. Es abrir ventanas, triste o alegres, de grandes o pequeñas cosas. Zancadas del pasado, lleno de penurias. Pero a fin de cuentas, es Historia.

Cuando paseo por el campo, y, estalla- por ejemplo una tormenta, allí está mi memoria, escarbando en miedos, y hasta me veo arrastrando, mis pequeñas albarcas en el barro. Otras me veo calzado de las alpargatas de esparto y me acerco hasta el rosal de mi abuelo, corto alguna rosa, y mi abuelo de sus manos curtidas, corta algunas mas y me las entrega, para que luego la abuela, las coloque en aquel jarrón grande de la gran sala. Y, antes de reemprender la marcha "hacía el lugar" (expresión que se refiere al pueblo) mi abuelo saca su petaca, bajo el nogal, y lío su cigarrillo porque el tiene sus dedos muy gruesos y ademas le tiembla la mano derecha.
! No! no puedo desenganchar mis recuerdos, estos de vez en cuando se iluminan, se hacen pensamientos, frases o palabras que dejo plamadas en cuartillas... recabo, guardo, y así las he reconducido hasta mis canas, y, alguno de estos "cuentos" alumbran inocentes sonrisas en los nietos.

-Abuela: ¿donde se fueron aquellos hombres que vestían todos igual?
Los niños hacen preguntas inocentes. La abuela callaba, y, se alumbraba en su cara una sonrisa amarga. Y el niño aquel, guardaba aquella sonrisa, a la vez que palpaba desaliento. A veces respondía, mientras pasaba su rugosa mano por mis cabellos revueltos, en aquel gesto, cariñoso...
-Los hombres, se han marchado, en busca de la esperanza.
Y proseguía en su trajín, a sus pies un vellón de lana; dando vueltas a la rueca...
- ¿Esos calcetines que haces, abuela, son muy grandes...?
-Son para cuando regrese tu padre.
Y se quedaba mucho tiempo callada. Y mi madre, abuelo y el "tio José, se habían ido a arrancar los garbanzos.
Y luego se quedaba pensativa, y le daba por hurgar los leños bajo de la chimenea. Y por el enorme hueco recubierto de hollín, trepaban las pavesas, y diminutas luces de los leños, que chisporroteaban. Y Se aseguraba de que hervía el puchero de barro. Y escarbaba las brasas y le arrimaba el ollero.
- ¿Y cuando viene mi padre?
Silencio. Solo se escuchaba el leve rumor de las llamas, que se habían avivado.

Un día, ella y mi madre, hablaban en voz alta, hasta el portal llegaban sus voces desde la cocina, Subí los dos escalones hasta el descansillo y desde allí donde se colocaban los cántaros del agua, escuche. Mi madre lloraba, y entre los llantos su voz que decía:
Ha traído la noticia, el de la casa grande, a mi cuñado hace tiempo que le hirieron en Teruel, y dice que se le llevaron, no sabe donde. La que le faltaba, su mujer, muere en el parto, y ahora esto... a que mundo hemos venido...
Se estaba refiriendo, a mi tío, al hermano de mi padre.
Yo no la veía desde donde estaba, solo veía la sombra de sus siluetas sobre la pared, donde estaban colgados los cacharros. Supe por las sombras que madre he hija estaban abrazadas.
Yo me salí al portal y me limpié las lagrimas con el revés de mi mano.

J. M. (LIBERTAD) continuará
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
buenos dia loli, preciosa historia, la que as puesto de libertad ya estoi esperando la segunda parte, la verdad que no tenemos que olvidarnos nunca de nuestras recuerdos ya sean triste o alegres, para despues poder contarselos a nuestros nietos y ai poder saber lo que era nuestra antigua españa. muy triste el relato pero que cuanta verdad hay en el, venga amiga recibe un fuerte y caluroso abrazo emiliana serrano