! Hola chavales! día primaveral: Dia de flores, días de flores, pues aunque no lo creáis, es lo que voy ha hacer ahora. Plantar flores con amor.
Madrugadora como podréis constatar, planto una a continuación.
ELLA... PRIMAVERA
Andaba yo extraviado en amaneceres,
languideciendo, sin un gramo de alegría.
Andaba entre la niebla: en los andenes
silentes; sin amor y en nula armonía.
Andaba en la soledad; en crueles nieves,
por tristes horas, largas y vacías;
cuando ti primavera florida, llegaste
clamorosa y hermosamente viva.
Me colmarón ojos primaverales, palpitantes
en resplandor: brillantes de hermosura
Les viera llegar, muy abiertos y galopantes
al deseo, resplandecientes, y vivaces de ternura.
Y mis manos abrazaron prestas tu horizonte
recorriendo, presurosas las colinas
palpitantes de tu pecho... y sus vertientes
Y tus pechos los palpara con dulzura.
Y mis labios... y mis labios, muy ardientes
volarían de tu pecho a tu cintura,
sorteando y acariciando los vaivenes,
hasta el valle a detenerse en sus locuras.
! Ah el abrazo!! Ah los senos dulces, nardos
! Ah las manos juguetonas y muy vivas
pasajeras de el viaje largo, largo
en el canto del amor y poesía!
Y se miraban los ojos, muy enamorados
del instante; en la tarde que vencía...
! Como soñaban los cuerpos entregados
a la danza del amor; dulce agonía de la vida
J. M. (libertad)
Madrugadora como podréis constatar, planto una a continuación.
ELLA... PRIMAVERA
Andaba yo extraviado en amaneceres,
languideciendo, sin un gramo de alegría.
Andaba entre la niebla: en los andenes
silentes; sin amor y en nula armonía.
Andaba en la soledad; en crueles nieves,
por tristes horas, largas y vacías;
cuando ti primavera florida, llegaste
clamorosa y hermosamente viva.
Me colmarón ojos primaverales, palpitantes
en resplandor: brillantes de hermosura
Les viera llegar, muy abiertos y galopantes
al deseo, resplandecientes, y vivaces de ternura.
Y mis manos abrazaron prestas tu horizonte
recorriendo, presurosas las colinas
palpitantes de tu pecho... y sus vertientes
Y tus pechos los palpara con dulzura.
Y mis labios... y mis labios, muy ardientes
volarían de tu pecho a tu cintura,
sorteando y acariciando los vaivenes,
hasta el valle a detenerse en sus locuras.
! Ah el abrazo!! Ah los senos dulces, nardos
! Ah las manos juguetonas y muy vivas
pasajeras de el viaje largo, largo
en el canto del amor y poesía!
Y se miraban los ojos, muy enamorados
del instante; en la tarde que vencía...
! Como soñaban los cuerpos entregados
a la danza del amor; dulce agonía de la vida
J. M. (libertad)