FUEGO... Y FRÍO.
Dime si puedes porque arde
hoy de alegría tu mirada
porque tus labios, son rebelde
fuego, como de amapolas desangradas.
Dime por, al instante mismo, eras fría,
sin calor, y porque tus labios se apagan.
Porque su sabor a nieve. Porque esquiva...
ni tan siquiera, hay calor en tus palabras.
¿No ves que nuestro amor se tambalea
en tu afán de ahora digo y me desdigo
y que se clavan tus flechas y me apena?
¿Acaso yo merezco ese castigo?
¿Crees que es justa mi condena
si solo por ti vivo y me desvivo?
J. M. (libertad)
Reconociendo, lo que se da a llamar como sonetos, no es mi fuente, si me detengo en ellos... a veces y me recreo en su contenido y rima. Creo que debería de practicarlo, si bien no entiendo de rimas ni medidas. Ni tan siquiera me fijo en ello.
Si reconozco este es precioso.
Con un abrazo, te deseo, un feliz día.
Dime si puedes porque arde
hoy de alegría tu mirada
porque tus labios, son rebelde
fuego, como de amapolas desangradas.
Dime por, al instante mismo, eras fría,
sin calor, y porque tus labios se apagan.
Porque su sabor a nieve. Porque esquiva...
ni tan siquiera, hay calor en tus palabras.
¿No ves que nuestro amor se tambalea
en tu afán de ahora digo y me desdigo
y que se clavan tus flechas y me apena?
¿Acaso yo merezco ese castigo?
¿Crees que es justa mi condena
si solo por ti vivo y me desvivo?
J. M. (libertad)
Reconociendo, lo que se da a llamar como sonetos, no es mi fuente, si me detengo en ellos... a veces y me recreo en su contenido y rima. Creo que debería de practicarlo, si bien no entiendo de rimas ni medidas. Ni tan siquiera me fijo en ello.
Si reconozco este es precioso.
Con un abrazo, te deseo, un feliz día.