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PUERTOLLANO: Acabo de leer éste relato tuyo Juan, me ha gustado,...

Entre la Luna mil calles. La luna tiene la mirada fría. El cielo de su mirada en la noche mira al mundo. Los moradores del mundo: Lloran, ríen cantan... oran otros. El viento helado aterece mil palabras, En las calles, hay siglos de cartones. En el cielo, una luz alumbrada. ¿Donde, la voz, donde la palabra? ¿Donde están los que se esconden? ¿que tristezas amanecerán mañana?
! Dios que tropel de niños pobres son ahora llanto en la noche helada!
! Dios que llantos mas tempranos, en la tristeza de nieve, sobre la trirra helada!
Mirad,! es una luz, una estrela que ayer estaba apagada! Pero aún hay llantos lejanos, y rosas: rosas apagadas, rotas el la nieve y en el barro.
¿Porque en aquella choza llora un niño? Mirad sus pequeñas manos: mirad su cuerpo pequeño, como tiembla entre la paja. mirad sus ojos soltando un torrente de lagrimas, que son luces en el establo.
Y nieva el mundo, Y nieva. Y el mundo está llorando, en su frío y en los fríos
y porque mil lechos de paja.
Y las chozas: tristes chozas. Y la mano que se calla.
! Que tristeza en los pesebres, cuanto grito en las gargantas!
Mirad allí en aquella calle, oscura, en la noche larga, muy larga, como una madre se le rompen los ojos, porque sus pechos vacíos, esperan la madrugada...
y porque piensa que llegue la luz le amanezca un alba.
Llanto en las calles del mundo. Llanto en manos que se alzan, de pobreza, suplicando... Y unos ojos grandes abiertos, goteando.
Y unas manos pequeñitas, y acusadoras llorando.
Y cuerpos temblando en el frío de mil establos; de mil belenes de frío.
Y unos ojos muy niños en un rezo de esperanza.

Como pañuelos chiquitos, vuelan esta madrugada: pedazos fríos de nieve, trozos dinminutos de escarcha. Y como se esfuerza un niño en apartarlos de sus lágrimas... No quiere lloren mil niños, si ver sus caras mojadas. No quiera que en calles del mundo, se pose la nieve helada, ni se paseen por el cielo ni la tierra, nubes oscuras, ni besos. besos de escarcha... Ni dolor en los sembrados, ni por muy blanca que sea, no quiere la nieve blanca, que aterece tantos niños.
Mirad, la choza alumbrada. Mirad cuanto niño calla, su tristeza,
mirad cuanto niño abraza, la luz que de mil portales, alubra esta madrugada.
Mirad como brotan flores de amor entre la paja.
Mirad como niños ríen, mirad como niños cantan
Ved como un cuerpecito ríe en amor entre la paja.

Muchachos, ya que ayer, fuera un día en el que hubo de todo: hoy mis especiales villancicos.. Mi especial belén, en la esperanza de que estos días y siempre, se alejen las tristezas.
Un abrazo amigos-amigas.
libertad.

Acabo de leer éste relato tuyo Juan, me ha gustado, me ha gustado y me ha dolido, pues es cierto, la luna tiene la mirada fría y para algunos más que fría helada. Un abrazo, feliz descanso y mejor domingo.