APÓLOGO DE LA PALABRA DIVINA QUE TOMÓ CARNE HUMANA
De la Idea a la Palabra
¡cuanto villancico duerme
en la geometría exacta
de tu sonrisa tan breve!
¿Que laboreo de trigo
bajo tu seno se enciende,
casa de pan, Panadera,
oh mi Belén, en tu vientre?
El aire - flauta del álamo -
en tu garganta enmudece;
¿por qué Gabrielillo dice
palabras que nadie entiende?
Estaba a solas Maria
con San Gabriel, por de frente.
¡omo lloraba la luna
- de risa - por occidente!
Por el cielo de cristal
del pecho que reverdece
se ha encarnado la Palabra
en tu sangre limpiamente.
Un ruiseñor - columpiero -
afila sus notas, tenue;
en la batuta del viento
un villancico se mece.
Mariano Mondejar
De la Idea a la Palabra
¡cuanto villancico duerme
en la geometría exacta
de tu sonrisa tan breve!
¿Que laboreo de trigo
bajo tu seno se enciende,
casa de pan, Panadera,
oh mi Belén, en tu vientre?
El aire - flauta del álamo -
en tu garganta enmudece;
¿por qué Gabrielillo dice
palabras que nadie entiende?
Estaba a solas Maria
con San Gabriel, por de frente.
¡omo lloraba la luna
- de risa - por occidente!
Por el cielo de cristal
del pecho que reverdece
se ha encarnado la Palabra
en tu sangre limpiamente.
Un ruiseñor - columpiero -
afila sus notas, tenue;
en la batuta del viento
un villancico se mece.
Mariano Mondejar