Silencio en los pesebres. Tienen prisa
las gentes esas que se ofenden que ultrajan
a quienes lloran de su mano adelantada
y que apenas ven como llora una sonrisa.
Multitud de niños esperando la caricia
caliente, en su mundo oscuro y helado.
Muchos niños, sin juguetes, goteando
lagrimones, porque cerca nace la avaricia.
Cuantos días: Cuantas gargantas doloridas
rotas en pesebres de anchos silencios
Y cuantas manos extendidas... ultrajadas.
Cuantas manos pequeñas, se duelen y tiritan
en el campo yermo de por siempre mal labrado,
en zarpados de soledad, y cada oscura mañana.
libertad.
En la esperan za que que el año que se acerca, sea mejor
una abrazo.
las gentes esas que se ofenden que ultrajan
a quienes lloran de su mano adelantada
y que apenas ven como llora una sonrisa.
Multitud de niños esperando la caricia
caliente, en su mundo oscuro y helado.
Muchos niños, sin juguetes, goteando
lagrimones, porque cerca nace la avaricia.
Cuantos días: Cuantas gargantas doloridas
rotas en pesebres de anchos silencios
Y cuantas manos extendidas... ultrajadas.
Cuantas manos pequeñas, se duelen y tiritan
en el campo yermo de por siempre mal labrado,
en zarpados de soledad, y cada oscura mañana.
libertad.
En la esperan za que que el año que se acerca, sea mejor
una abrazo.