PUERTOLLANO: MARÍA, en los tiempos que las playas onubenses eran...

¡Que curioso Antonio! ¿Sabes? yo era de las que se plantaba en la playa por la mañana y la dejaba cuando el sol se ponía, me llevaba el transistor, el libro, hasta el ganchillo, la hamaca y las sillas, eso entre otras cosas.... entre los baños y atender la tarea que me llevaba, lo único que no hacia, era pasear, es más, me preguntaba siempre ¿donde irá la gente? tanto ir y venir jejej.
Pues ahora aunque esté a escasos minutos de la arena, no me apetece pisarla, dejé la radio, el libro etc y cambié la costumbre, ya no me plantaba en la playa, ya hacia lo que las otras gentes, empezaba a caminar y cuando transcurría media hora, daba la vuelta. Tiempo después, ni eso, más bien a la caída de la tarde paseaba, pero ya ni por la orilla de la playa, más bien lo hacia por el paseo marítimo, pero si antes decía donde iría la gente con tanto ir y venir, ahora me pregunto, ¿irán de mudanza? y hasta risa me produce lo que antes me era tan familiar, sombrilla, bolsa, hamaca, sillas jejej, como cambian los gustos y como cambiamos las personas...... Me lo he pasado muy bien leyendo tus letrillas sobre el sol, la playa y los calores ufff... que horror de calor, ya mismo la tenemos aquí.

MARÍA, en los tiempos que las playas onubenses eran solitarias, yo hacía lo mismo con mis amigos. No hacía crochet, lo sustituía por unos buenos rebujos de vinos, de esos que dan sueño. Las espaldas al sol y las noches en blanco, no podía dormir. Dieje basta y ahora no me quito, ni la camisa. Un abrazo