VIERNES SANTO
La tarde venía santa,
preludio de un Hecho Eterno.
Por la calle la Amargura,
en el dolor del silencio.
bajaba la Cuarta Angustia
en busca del Nazareno.
¿Dónde está aquel Hijo Sabio?...
Allá llega el Mensajero.
Viene cargando la Cruz,
abrumado por el peso
de Toda esta Humanidad,
que ha de conducir al Cielo
y será clavado en Élla
para enseñar a este pueblo
lo que es el AMOR de Dios
en un nuevo Mandamiento:
"AMAOS UNOS A OTROS.
Predicad con el ejemplo,
perdonando al enemigo
faltas, burlas y desprecios;
devolviendo bien por mal
sin esperar ningún premio"
Nos ha dado a Élla por MADRE,
habiendo aceptado el reto
para mostrar a los hombres
la LUZ que pende del Leño,
que Dios no le ha abandonado,
ni tiene intención de hacerlo.
Pasa sed su corazón
y quiere estar satisfecho,
abriéndole bien el tuyo
para que se cuele dentro
y al calor de su energía
resucitar Hombre Nuevo.
Disponiendote en espíritu
le servirás de instrumento
para que toda la gente,
cuando contemple tus hechos,
en lugar de verte a ti
que vean a tu Maestro.
Como Madre la aceptamos
y salimos a su encuentro...
Pues todo está consumado,
amados hasta el extremo,
con el buen ladrón decimos:
-Venga a nosotros tu Reino.
José Díez Fernández
La tarde venía santa,
preludio de un Hecho Eterno.
Por la calle la Amargura,
en el dolor del silencio.
bajaba la Cuarta Angustia
en busca del Nazareno.
¿Dónde está aquel Hijo Sabio?...
Allá llega el Mensajero.
Viene cargando la Cruz,
abrumado por el peso
de Toda esta Humanidad,
que ha de conducir al Cielo
y será clavado en Élla
para enseñar a este pueblo
lo que es el AMOR de Dios
en un nuevo Mandamiento:
"AMAOS UNOS A OTROS.
Predicad con el ejemplo,
perdonando al enemigo
faltas, burlas y desprecios;
devolviendo bien por mal
sin esperar ningún premio"
Nos ha dado a Élla por MADRE,
habiendo aceptado el reto
para mostrar a los hombres
la LUZ que pende del Leño,
que Dios no le ha abandonado,
ni tiene intención de hacerlo.
Pasa sed su corazón
y quiere estar satisfecho,
abriéndole bien el tuyo
para que se cuele dentro
y al calor de su energía
resucitar Hombre Nuevo.
Disponiendote en espíritu
le servirás de instrumento
para que toda la gente,
cuando contemple tus hechos,
en lugar de verte a ti
que vean a tu Maestro.
Como Madre la aceptamos
y salimos a su encuentro...
Pues todo está consumado,
amados hasta el extremo,
con el buen ladrón decimos:
-Venga a nosotros tu Reino.
José Díez Fernández