PUERTOLLANO: Siiii, es cierto, lo dudé y por eso puse frente al...

Hoy no he visto por aquí a Fernando haciendo el comentario (como buén profesional) de la música de nuestros días. yo he escrito una pequeña historieta de la radio de aquella época, la que nos enseñó y nos mostró aquella música. Aquí os la dejo y ya me comentareis los que la conocísteis, que os parece.

MI VIEJA Y QUERIDA RADIO

Es una realidad palpable la evolución que el mundo ha experimentado en todos los sentidos y terrenos.
Es una suerte que haya sucedido así, pero es inevitable volver a veces la vista hacia atrás y sentir nostalgia de algunas cosas, que fueron fundamentales en nuestras vidas; como por ejemplo la Radio. Aquella con la que crecimos, la de los discos dedicados, el parte de Radio Nacional de España, el consultorio de Doña Elena Francis las radionovelas con todo su cuadro de actores (Matilde Vilariño, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Conesa, Juana Ginzo, etc...).
Vamos, que parecían todos de la familia, y es que desayunábamos, comíamos, y cenábamos con ellos a diario.
Me conocía de memoria, todas y cada una de aquellas voces, entre otras cosas, porque solo era eso lo que podías conocer de ellos.
Ojalá, y me hubiera memorizado igual los verbos que me hacían estudiar en el colegio, y con los que aún hoy, me sigo peleando.
Pero a mí personalmente, y a todos los de mi generación, lo que más nos gustaba escuchar, era la música de los años 60. ¡Eso sí que fue y será música ¡Yo creo que la mejor, aunque la gente joven de hoy, diga que eso era muy “cutre”, que la verdad, no creo que el sentido que le dan a la “palabrita”, tenga mucho que ver con la definición.
Volviendo a la Radio, yo recordaré siempre la primera que hubo en casa, era una Telefunquen y sólo había onda media y onda corta, pero en esta última, solo se escuchaba una emisora y además era clandestina:“La Pirenaica” pero esta solo la escuchaban los mayores y en secreto; que nadie lo supiera porque era peligroso. Era el tiempo de las prohibiciones, o sea, del Franquismo.
Por lo referente a la onda media, podías escuchar algunas más, Radio Madrid de la cadena Ser, Radio Intercontinental, Radio Nacional de España, y la mas cercana, Radio Puertollano, aquella de Don Pedro, el cura.
Algunas veces y sobre todo por las noches, era imposible escuchar algunas emisoras, parecía que había dentro del aparato una plaga de insectos emitiendo unos ruidos rarísimos.
Pero era esa radio el tesoro más preciado de la casa.
De vez en cuando, se le iba la voz o se paraba, ya era bastante viejecita, se le daba un pequeño cachete, o no tan pequeño, porque si estábamos escuchando la novela de “Lucecita” y en algo interesante sufría aquel parón, ¡con qué mala... le pegabas el trastazo! El caso era que salía otra vez marchando, pero ya te habías perdido el beso radiado de los protagonistas.
Un día en casa, hubo un disgusto, ¡cómo no! por la radio. Tenía un cable colgando que decían era una antena; menuda frecuencia o señal sería la que emitiera aquello. A mi hermano pequeño, no se le ocurrió otra cosa, que atar aquel cable a la pata de una silla que había bajo el estante de la radio. Mi madre estaba embelesada haciendo punto y a la vez escuchando la novela. Cogió la silla para sentarse, y al tirar... Os podéis imaginar lo que se le vino tras ella, con el consiguiente sofocón. Por un lado se quedó sin oír los lloros y suspiros de la “Lucecita”, y por otro, que por más golpes que le daba, no salía sonido alguno del aparato.
Menos mal que mi padre era un manitas, la desmontó y le cambió alguna lámpara que se había roto y alguna que otra cosilla, y ¡otra vez a funcionar la Telefunquen!
Pero cuando llegamos del colegio mi hermana y yo, aún no se había producido el milagro de la reparación y la bronca fue mayúscula.
Nosotras no sabíamos la causa del “accidente” y no teníamos idea de a quién se le había ocurrido amarrar el aparato ¿O... quizá si?
Lo que pasaba era que cuando había algún desaguisado, siempre las culpables eran las mayores; al “Angelito” ¿cómo se le iba a ocurrir aquello?. Menos mal que en aquella ocasión el “Angelito” dijo que había sido el, y no es que mi hermano se llame así, es que por ser el pequeño era el “Niño de Mamá”.
En fin, que hemos progresado en todo, gracias a Dios, pero con todo lo digital, las eras tecnológicas, y todos los avances, lo que nos enseñó y los buenos ratos que nos hizo pasar aquella vieja radio, no se pueden olvidar de la noche a la mañana. Por mucho que nos hayan favorecido, todos los medios de comunicación posteriores, y todo el progreso que el mundo haya experimentado.

ENRIQUETA

¡Que feliz estoy con la decisión de hoy! La de sentarme al fresquito del patio en lugar de sestear, de ese modo, después de leer la poesía de Loli, he llegado al relato de Enriqueta, que por cierto Enriqueta, menos mal que hoy no ha sido de esos días que cuentas que no se te ocurre nada que escribir, afortunadamente solo has tenido que recordar, porque el modo de plasmarlo aquí sabes hacerlo divinamente.

Nuestra radio también era Telefunken, aún recuerdo al vendedor que nos la llevó a casa y lo que reímos con su comentario sobre un programa que no creo llegamos a escuchar "Papú, papú" así creo nos dijo. También recuerdo lo mal que se escuchaba, siempre tenia ruidos, los mayores decían que había interferencias provocadas para que no estuviéramos informados, también recuerdo la Pirenaica, ya ves no se escuchaba bien ni la radio local, como para filigranas, aún así mi padre se esforzaba en sintonizarla, pero no había medio, mi madre, mi hermana y yo llorábamos para que no la sintonizara y él al final con un cabreo monumental apagaba la radio, porque entre nuestros ruegos y que las interferencias eran de locura, no había forma.

Tu hablas de Lucecita, mis recuerdos son anteriores, no en mi casa, era en casa de una vecina (medio prima) nos reuníamos todos en torno a la radio que estaba en una repisa de rincón, con su antena, que era un cable que estaba enterrado en un recipiente con tierra (ignoro porqué) la novela que todos seguíamos era Ama Rosa, yo era muy pequeña y más bien me ocupaba de observar a los mayores y aún recuerdo al padre de familia llorando como un niño, era el que más lloraba, a él no le ganaba ningún otro miembro de la familia, ni vecinos, pero también me sigue haciendo gracia nuestra postura en torno a la radio, todos de pie mientras duraba la radionovela ¿tendríamos miedo se escaparan los personajes y por eso rodeábamos la radio?

Bueno en casa la radio ya digo se escuchaba fatal, yo le echaba la culpa a que salió mala y mi padre a una antena que decía él había cerca de la Virgen de Gracia y que no nos dejaba escuchar nada por sus interferencias, aún así, como siempre fui ave nocturna, cuando todos se acostaban, agarraba la radio, la abría por su trasera y con un destornillador iba tocando donde me parecía bien, a veces resultaba que había alguna válvula floja, entonces a la mañana siguiente les contaba a todos que ya había arreglado la radio, pero lo cierto es que suerte tuve de no electrocutarme.

Recuerdo haber visitado la radio en Puertollano en la calle Aduana y después en Juan Bravo, (no pisé nunca los estudios en Ricardo cabañero frente al mercado) donde por ejemplo Nati López, la vi atender la puerta, tomar nota para temas que había que radiar y después se ponía ante el micrófono, eran todo terreno, también recuerdo muy bien el aire fresco que trajo Juan Bautista y como nos gustaba a las jovencitas escucharle recitar aquello del seminarista de los ojos verdes, entre otros, gran locutor que pudiendo volar hacia otros lugares, eligió nuestro pueblo y ahí sigue, de donde suele salir para Sudamérica esos viajes que suele hacer cada año y que en parte nos relata a través de Canal 56, donde siempre lo he seguido, hasta que me ausenté….

María buenas tardes, ya veo te quitó la siesta el patio fresquito, ya ves que los recuerdos afloran, unas veces son nostálgicos y otras alegres o tristes, que de todo hay, pero de verdad que en nuestra vida han sido muy importantes las fases en la que la hemos vivido. No me gusta corregir a nadie en nada, pero a ti si voy a decirte que en la calle donde estaba y está lo que era Radio Populary que está frente al mercado, no es Ricardo Cabañero, es Alejandro Prieto.

Siiii, es cierto, lo dudé y por eso puse frente al mercado, gracias Enriqueta, a mi me gusta me hagan notar cuando me equivoco, por favor, tenlo siempre presente.