A LA SOMBRA DEL ROBLE.
No, no se había llevado nada mío
hasta que le ofrecí unas margaritas:
Era un ramo chiquitito
al que respondió de una tierna caricia
al pie del roble: era domingo
y no le amaba todavía...
Fue cuando probé los mil racimos
muy jugosos de su viña
y caminamos hacia el infinito
y mis suspiros... Rosalía, repetían.
! Que chasquidos en el viento
de amor! Se llamaba Rosalía
en el grito y el silencio
en la calma y la caricia.
Y...! Dios como la recuerdo
a galope en su porfía!
libertad.
No, no se había llevado nada mío
hasta que le ofrecí unas margaritas:
Era un ramo chiquitito
al que respondió de una tierna caricia
al pie del roble: era domingo
y no le amaba todavía...
Fue cuando probé los mil racimos
muy jugosos de su viña
y caminamos hacia el infinito
y mis suspiros... Rosalía, repetían.
! Que chasquidos en el viento
de amor! Se llamaba Rosalía
en el grito y el silencio
en la calma y la caricia.
Y...! Dios como la recuerdo
a galope en su porfía!
libertad.