Estamos en el nuevo año y siento miedo y pena por la situación actual. Me entristecen los jovenes, que despues de un gran esfuerzo y sacrificio, de sus años de juventud para obtener estudios, no encuentren posición social y profesional; me preocupan los derechos perdidos que tanto sudor y esfuerzo costaron a nuestros mayores; me preocupa el estatus social tan deprimente que nos espera a todos; me preocupa que seamos siempre los mismos en sufrir " los paltos rotos"; me preocupa, que ellos los fuerte, nos esten manipulando y nos hagan ver, que todo lo que se decide es justificable y necesario; me preocupa que perdamos nuestra identidad como seres potenciales y por último, que estemos convencidos de su buena voluntad, que nos hace perder espacio y potencial como seres integradores y no por el contrario como integrados a un sistema caduco que impide el desarrollo del ser indidual, dentro del orden de libertad en toda su expresión.