Segunda División B (Grupo IV)
Marzo para olvidar en el CD Puertollano
CD PUERTOLLANO: Reguero, Pedro Díaz, Portela, Pelegrina (Mario Ortiz, 46'), Raúl Aguilar, Checa, Raúl Medina, Héctor (Carrascosa, 62'), Pizarraya, Elthon y Juanfri (Antonio Moreno, 46')
LUCENA CF: Vargas, Germán, Sarmiento, Jesús Lanza (Rubén Cuesta, 78'), Fede, Sergio Albiol, Javi Lara, Mario, Quini, Obregón y Hugo Díaz (Matías Sad, 71')
ARBITRO: López Martínez, asistido en bandas por Hernández García y Guirao Abril. Regular. Mostraba amarillas a los locales Pizarraya, Pelegrina, Reguero y Carrascosa y a los visitantes Hugo Díaz, Germán, Fede y Vargas, expulsando a Obregón con roja directa en el minuto 75 de partido
GOLES: 0-1: Quini (34'); 0-2: Hugo Díaz (62') y 1-2: Elthon (64')
INCIDENCIAS: Partido de la trigésima jornada de la Segunda División B en su Grupo IV, disputado en el estadio Ciudad de Puertollano. Floja entrada en un partido declarado de media jornada económica por la Junta Gestora. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio por el ex jugador del Calvo Sotelo, Marquitos.
Marzo para olvidar en el CD Puertollano
CD PUERTOLLANO: Reguero, Pedro Díaz, Portela, Pelegrina (Mario Ortiz, 46'), Raúl Aguilar, Checa, Raúl Medina, Héctor (Carrascosa, 62'), Pizarraya, Elthon y Juanfri (Antonio Moreno, 46')
LUCENA CF: Vargas, Germán, Sarmiento, Jesús Lanza (Rubén Cuesta, 78'), Fede, Sergio Albiol, Javi Lara, Mario, Quini, Obregón y Hugo Díaz (Matías Sad, 71')
ARBITRO: López Martínez, asistido en bandas por Hernández García y Guirao Abril. Regular. Mostraba amarillas a los locales Pizarraya, Pelegrina, Reguero y Carrascosa y a los visitantes Hugo Díaz, Germán, Fede y Vargas, expulsando a Obregón con roja directa en el minuto 75 de partido
GOLES: 0-1: Quini (34'); 0-2: Hugo Díaz (62') y 1-2: Elthon (64')
INCIDENCIAS: Partido de la trigésima jornada de la Segunda División B en su Grupo IV, disputado en el estadio Ciudad de Puertollano. Floja entrada en un partido declarado de media jornada económica por la Junta Gestora. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio por el ex jugador del Calvo Sotelo, Marquitos.
Fernando Romero LA COMARCA
El Puertollano se va despidiendo a pasos agigantados del play off. Cierto es que las matemáticas dicen que aún hay posibilidades de ver al equipo azul entre los cuatro primeros a final de liga regular. Pero otra cuestión es si realmente hay equipo, o se está en disposición de luchar por un objetivo que, visto lo visto, está muy lejano. Tan solo cuatro puntos de veintiuno posibles es poca renta para soñar con grandes metas.
Lejos de discutir lo que habría ocurrido si Pedro Díaz hubiera anotado el penalti, lo importante es ir un poco más allá. Lo que hubiera pasado en ese caso es "suponer", la realidad es otra. Y esa realidad dice que el equipo está atascado, que vive en una crisis de resultados que no deja de ser un fiel reflejo de la crisis emocional que vive un vestuario y una afición que ni siente ni padece.
El Puertollano se va despidiendo a pasos agigantados del play off. Cierto es que las matemáticas dicen que aún hay posibilidades de ver al equipo azul entre los cuatro primeros a final de liga regular. Pero otra cuestión es si realmente hay equipo, o se está en disposición de luchar por un objetivo que, visto lo visto, está muy lejano. Tan solo cuatro puntos de veintiuno posibles es poca renta para soñar con grandes metas.
Lejos de discutir lo que habría ocurrido si Pedro Díaz hubiera anotado el penalti, lo importante es ir un poco más allá. Lo que hubiera pasado en ese caso es "suponer", la realidad es otra. Y esa realidad dice que el equipo está atascado, que vive en una crisis de resultados que no deja de ser un fiel reflejo de la crisis emocional que vive un vestuario y una afición que ni siente ni padece.
MÁS DE LO MISMO
En la noche de este jueves, el partido había sido declarado de media jornada económica. El partido requería del apoyo de la afición dado que se trataba casi de una final. Pero no se llegó ni al millar de personas en el municipal puertollanero, claro síntoma del desinterés que despierta un club entre una masa social cansada de tanto engaño temporada tras temporada. Pasan los jugadores, pasan los entrenadores, pasan las directivas, aunque algunos vuelven... y los problemas siguen. Siempre los mismos, temporada tras temporada. Al final, división entre los protagonistas en el césped y los protagonistas en los despachos. Y así un año tras otro, hasta que la afición se aburre, se desespera y va perdiendo la ilusión por un equipo que está condenado al fracaso mientras las cosas se sigan haciendo sin utilizar la cabeza para pensar.
Si a una plantilla corta pero competitiva, se le van quitando efectivos, se le promete el oro y el moro sin cumplir con lo pactado, se le adeudan nóminas, le persiguen las lesiones hasta cebarse con saña, al final el resultado es fracaso en lo deportivo. Y viendo esto, a uno no le queda fuerza moral para ser demasiado crítico con una plantilla que ha pasado de contagiar ilusión a contagiar tristeza. Porque al final, todo se junta y por algún lado sale. Y tanto tiempo en la misma situación al final repercute sobre el terreno de juego.
Por su parte, los miembros de la junta gestora ejercen su derecho a exigir en función de unas nóminas que en su día se firmaron sin pedir responsabilidades. Piden a la plantilla un esfuerzo en lo económico y en lo deportivo, buscando el bien del club, cuando algún miembro de la gestora se excedió en su día con generosos contratos a jugadores mediocres, cuyas cantidades no interesaba airear por aquellos entonces, a diferencia de fechas presentes donde se pregonan y critican las mensualidades del vestuario. No vale la frase "eran otros tiempos" porque lo que vale es que cada parte asuma su responsabilidad, desde el mismo momento en el que el club empezó siendo ruinoso y acabó siendo una ruina.
Ahora, cuando ya va pareciendo tarde para conseguir el objetivo de la fase de ascenso, a lo mejor lo más útil es intentar luchar por la Copa del Rey, o simplemente dejar pasar la temporada, demostrando dignidad en cada partido y planificando el futuro desde la humildad, la sensatez y el sentido común para ajustarse a la realidad social y económica que requiere el momento actual que está costando vivir.
Y aunque se debe luchar hasta el final, lo cierto es que la empresa se complica. Porque el mes de marzo era vital para el CD Puertollano, y se acaba sin ser capaces de demostrar, al menos, que hay razones para la ilusión. Cuatro puntos de los últimos veintiuno posibles... queda dicho todo.
En la noche de este jueves, el partido había sido declarado de media jornada económica. El partido requería del apoyo de la afición dado que se trataba casi de una final. Pero no se llegó ni al millar de personas en el municipal puertollanero, claro síntoma del desinterés que despierta un club entre una masa social cansada de tanto engaño temporada tras temporada. Pasan los jugadores, pasan los entrenadores, pasan las directivas, aunque algunos vuelven... y los problemas siguen. Siempre los mismos, temporada tras temporada. Al final, división entre los protagonistas en el césped y los protagonistas en los despachos. Y así un año tras otro, hasta que la afición se aburre, se desespera y va perdiendo la ilusión por un equipo que está condenado al fracaso mientras las cosas se sigan haciendo sin utilizar la cabeza para pensar.
Si a una plantilla corta pero competitiva, se le van quitando efectivos, se le promete el oro y el moro sin cumplir con lo pactado, se le adeudan nóminas, le persiguen las lesiones hasta cebarse con saña, al final el resultado es fracaso en lo deportivo. Y viendo esto, a uno no le queda fuerza moral para ser demasiado crítico con una plantilla que ha pasado de contagiar ilusión a contagiar tristeza. Porque al final, todo se junta y por algún lado sale. Y tanto tiempo en la misma situación al final repercute sobre el terreno de juego.
Por su parte, los miembros de la junta gestora ejercen su derecho a exigir en función de unas nóminas que en su día se firmaron sin pedir responsabilidades. Piden a la plantilla un esfuerzo en lo económico y en lo deportivo, buscando el bien del club, cuando algún miembro de la gestora se excedió en su día con generosos contratos a jugadores mediocres, cuyas cantidades no interesaba airear por aquellos entonces, a diferencia de fechas presentes donde se pregonan y critican las mensualidades del vestuario. No vale la frase "eran otros tiempos" porque lo que vale es que cada parte asuma su responsabilidad, desde el mismo momento en el que el club empezó siendo ruinoso y acabó siendo una ruina.
Ahora, cuando ya va pareciendo tarde para conseguir el objetivo de la fase de ascenso, a lo mejor lo más útil es intentar luchar por la Copa del Rey, o simplemente dejar pasar la temporada, demostrando dignidad en cada partido y planificando el futuro desde la humildad, la sensatez y el sentido común para ajustarse a la realidad social y económica que requiere el momento actual que está costando vivir.
Y aunque se debe luchar hasta el final, lo cierto es que la empresa se complica. Porque el mes de marzo era vital para el CD Puertollano, y se acaba sin ser capaces de demostrar, al menos, que hay razones para la ilusión. Cuatro puntos de los últimos veintiuno posibles... queda dicho todo.
que pena que esto se vaya de las manos, que la aficion pierda la ilusion en su equipo y que el equipo juegue con desgana, un cúmulo de circunstancias que al final no llevaran a ninguna parte, ojala y remonten y esa ilusion y ganas de animar y defender a su equipo vuelvan a renacer como en los viejos tiempos....