GUERRERO
Fue un personaje quizás de los más arraigados en la historia de Puertollano. Era un hombre alto, con barba y melena que le daban una gran personalidad, siempre muy aseado y vestido con una bata blanca (y descalzo). No hablaba con nadie, solo se comunicaba con gestos. Era una especie de ermitaño o anacoreta pues pasaba bastante tiempo en el cerro de Santa Ana en una pequeña cueva.
Llevaba una especie de macuto lleno de libros y a los escolares les obsequiaba con estampas de vírgenes y santos (llamadas estampas benditas). Como anécdota, aq los pequeñines para asustarlos sus madres les decian " ¡que te coge Guerrero y te mete en un saco!", pero eso estaba lejos de ocurrir en la realidad porque el era un gran amante de los niños.
También le decían "Locadio" y que había llegado a esta manera de ser por haber leido tanto
FRANCISCO GUTIÉRREZ
Fue un personaje quizás de los más arraigados en la historia de Puertollano. Era un hombre alto, con barba y melena que le daban una gran personalidad, siempre muy aseado y vestido con una bata blanca (y descalzo). No hablaba con nadie, solo se comunicaba con gestos. Era una especie de ermitaño o anacoreta pues pasaba bastante tiempo en el cerro de Santa Ana en una pequeña cueva.
Llevaba una especie de macuto lleno de libros y a los escolares les obsequiaba con estampas de vírgenes y santos (llamadas estampas benditas). Como anécdota, aq los pequeñines para asustarlos sus madres les decian " ¡que te coge Guerrero y te mete en un saco!", pero eso estaba lejos de ocurrir en la realidad porque el era un gran amante de los niños.
También le decían "Locadio" y que había llegado a esta manera de ser por haber leido tanto
FRANCISCO GUTIÉRREZ