No hay playa a acompañar a este relato; viejo de unos tres días., y muy real, en los años 68-69. Seguramente ya lo haya leído Noemí; lo podrá leer de nuevo, ya con algunas correcciones. ¿Verda que hace tiempo que no doy ruelta a memorias? Bueno, algo si,
NUESTRA PLAYA.
El viento dela memoria sopla llamando: llega y entra... y se queda alumbtando campanillas de luces.
¿Recuerdas chiquilla que el agua, lamía nuestros pies... recuerdas la playa?. A ella llegaste, rumorosamente alegre, después de días grises a rogar solos de amor.
Por fin no s acercamos al fruto dulce tanto tiempo imaginado. Y lo tomamos: lo cogimos en perdidas inocencias, lejos de moles de cemento, en la solitaria playa, bajo el acantilado.. Seguramente duende antiguos, contemplaron, un día, verde praderas, y corrieron tras de lindas mariposas de colores. Seguramente se asomaron al mar antes de que la lava vistiera las laderas de negrura. Seguramente crecían abundantes flores, que contaban para levar a las sinenas que vestidas de su mejores galas, se acercaban a la playa. Seguramente... Seguramente, duendes y sirenas se hablaban de amores.
Te contaba la "historia," cuando asomados al acantilado, palabas de amor pronunció tu boca.
Flotaba la brisa, sobre el mar y las rocas. El mar olía a mar, a amor tu aliento, y la tarde a sueños de alegría.
La tarde: la tarde estalló en amor creciendo por el sendero entre rocas y piedras... y silencios tiernos. Y luego luces, sudorosos, rodando sobre la arena, empapados nuestros cuerpos de arena caliente,! Ah los cuerpos desnudos... si aparecieran los duendes antiguos, de nuevo se enamorarían, de la lucha hacia el amor! Seguramente. seguramente que repetirían caricias bajo el agua o medidos de las olas brindando besos de espuma.
El cielo azul salpicado de nubecillas blancas, no miraba y se miraban nuestros ojos. Y luego nubes mas grandes, oscuras y blancas... Y alguna pausa para rememorar, lejanas tristezas-.
Y las manos: por fin las manos se entrelazaban y buscaban, busncando rellanos, colinas, valles... mientras las bocas repartían chorros de amor.
Y la llanura de arena, donde dos cuerpos desnudos rodaban y rodaban pronunciando silenciosos gritos de amor... para luego reposar en un oasis de silencios.
Y el trueno: estalló la trmenta. Y tu miedo. Y la grita que nos dió cobijo, y el cobijo sobre mi pecho por que temblabas. Y mis brazos prestando ternura. Y te bese en los otos, y te besé toda... cuando la tormenta se alejaba. Y de nuevo el grito de amor sobre la arena parda.
No se si es que se brulaban en lo alto las gabionas, si que chillaban y chillaban.
libertad.
NUESTRA PLAYA.
El viento dela memoria sopla llamando: llega y entra... y se queda alumbtando campanillas de luces.
¿Recuerdas chiquilla que el agua, lamía nuestros pies... recuerdas la playa?. A ella llegaste, rumorosamente alegre, después de días grises a rogar solos de amor.
Por fin no s acercamos al fruto dulce tanto tiempo imaginado. Y lo tomamos: lo cogimos en perdidas inocencias, lejos de moles de cemento, en la solitaria playa, bajo el acantilado.. Seguramente duende antiguos, contemplaron, un día, verde praderas, y corrieron tras de lindas mariposas de colores. Seguramente se asomaron al mar antes de que la lava vistiera las laderas de negrura. Seguramente crecían abundantes flores, que contaban para levar a las sinenas que vestidas de su mejores galas, se acercaban a la playa. Seguramente... Seguramente, duendes y sirenas se hablaban de amores.
Te contaba la "historia," cuando asomados al acantilado, palabas de amor pronunció tu boca.
Flotaba la brisa, sobre el mar y las rocas. El mar olía a mar, a amor tu aliento, y la tarde a sueños de alegría.
La tarde: la tarde estalló en amor creciendo por el sendero entre rocas y piedras... y silencios tiernos. Y luego luces, sudorosos, rodando sobre la arena, empapados nuestros cuerpos de arena caliente,! Ah los cuerpos desnudos... si aparecieran los duendes antiguos, de nuevo se enamorarían, de la lucha hacia el amor! Seguramente. seguramente que repetirían caricias bajo el agua o medidos de las olas brindando besos de espuma.
El cielo azul salpicado de nubecillas blancas, no miraba y se miraban nuestros ojos. Y luego nubes mas grandes, oscuras y blancas... Y alguna pausa para rememorar, lejanas tristezas-.
Y las manos: por fin las manos se entrelazaban y buscaban, busncando rellanos, colinas, valles... mientras las bocas repartían chorros de amor.
Y la llanura de arena, donde dos cuerpos desnudos rodaban y rodaban pronunciando silenciosos gritos de amor... para luego reposar en un oasis de silencios.
Y el trueno: estalló la trmenta. Y tu miedo. Y la grita que nos dió cobijo, y el cobijo sobre mi pecho por que temblabas. Y mis brazos prestando ternura. Y te bese en los otos, y te besé toda... cuando la tormenta se alejaba. Y de nuevo el grito de amor sobre la arena parda.
No se si es que se brulaban en lo alto las gabionas, si que chillaban y chillaban.
libertad.
Buenas noches Juan, si que hacia tiempo no leiamos algun relato tuyo en prosa, y ademas con este paseo en la playa, lo que si espero es que fuera en una playa de algun lugar donde el clima esté calido ahora porque con el aire y el frio que hace.....
Un abrazo
Un abrazo
Lo era y supongo que lo es; me refiero al clima.
En cuanto al relato es como abrazarse al dicho de: Al mal tiempo buena cara.
Me gusta: me gusta que mi pluma hable de flores
y que deje de mirar los ojos oscuros del mundo.
De este se dice que no es oro todo lo que reluce
que los hombres no pronuncian palabras pálidas
no por las calles se hoye apagadas voces.
Me gusta mi pluma cuando aleja tristezas aunque sea a pedradas...
hasta entre piedras crecen flores.
Y es que mi pluma se empeña en pintar manos empeñadas
en ver por todas partes besos resplandecientes.
Me gustan... (! que ironías grita el aire!)
las calles que no se vistan de negrura
ni como ayer de días grises.
Me gusta que por fin se vista de cordura...
¿O estoy soñando y me empeño en ver vestido el viento de colores?
Me gusta que me hable mi sangre
gritando libertad y que ya no hay hambre
en ninguna esquina, en ninguna calle.
Y es que ayer era el mundo una pocilga
sin arroyos, si fuentes.
Ayer solo caminaban figuras
sombras alagadas de cipreses.
Ayer el mundo estaba vestido de tanta tristura
que gemía hasta el aire.
! Ayer, Dios, que calle mas amarga
larga, interminable!...
Ayer viera tanta basura acúmulada,ý tanta mordedura
de perros atroces
que creía que para siempre había muero la cordura.
Hoy a cada hombre que suda se le sube sube a altares,
y ya no sufre horribles dentelladas
de escarcha los hombres que ayer pasaban hambre.
Hoy está empeñada en escribir albas,
donde ya no rugen los metales.
libertad.
En cuanto al relato es como abrazarse al dicho de: Al mal tiempo buena cara.
Me gusta: me gusta que mi pluma hable de flores
y que deje de mirar los ojos oscuros del mundo.
De este se dice que no es oro todo lo que reluce
que los hombres no pronuncian palabras pálidas
no por las calles se hoye apagadas voces.
Me gusta mi pluma cuando aleja tristezas aunque sea a pedradas...
hasta entre piedras crecen flores.
Y es que mi pluma se empeña en pintar manos empeñadas
en ver por todas partes besos resplandecientes.
Me gustan... (! que ironías grita el aire!)
las calles que no se vistan de negrura
ni como ayer de días grises.
Me gusta que por fin se vista de cordura...
¿O estoy soñando y me empeño en ver vestido el viento de colores?
Me gusta que me hable mi sangre
gritando libertad y que ya no hay hambre
en ninguna esquina, en ninguna calle.
Y es que ayer era el mundo una pocilga
sin arroyos, si fuentes.
Ayer solo caminaban figuras
sombras alagadas de cipreses.
Ayer el mundo estaba vestido de tanta tristura
que gemía hasta el aire.
! Ayer, Dios, que calle mas amarga
larga, interminable!...
Ayer viera tanta basura acúmulada,ý tanta mordedura
de perros atroces
que creía que para siempre había muero la cordura.
Hoy a cada hombre que suda se le sube sube a altares,
y ya no sufre horribles dentelladas
de escarcha los hombres que ayer pasaban hambre.
Hoy está empeñada en escribir albas,
donde ya no rugen los metales.
libertad.
Nada mejor que hacerse cómplice de la pluma y refugiarse en ella en muchos momentos duros, de tristeza y soledad, momentos de desnudar el alma, el corazón y la conciencia y preguntarse cosas que solo uno puede responderse en sinceridad consigo mismo
Me ha gustado tu escrito. Muchos besos
Me ha gustado tu escrito. Muchos besos
Nada mejor... Nada mejor... Nada mejor cuando los vientos no so favorables. hay tempestad y el barco sigue anclado en aguas revueltas.
Abrazos.
Abrazos.