LA CALLE...
La calle es como una cueva
oscura y deshabitada
de amor para húmedo espacio
a llamar a la esperanza.
No tiene abrazos, ni labios
solo soledad que aplasta
el afán de un acaso
mañana no es cueva helada
en botas pisoteando.
Mientras crezca la inmundicia
en ella, no esperes hermano
que osadía: esa osadía
de los que empuñan el látigo
desde su tenaz codicia...
ciertamente babeando.
La calle es como una cueva
que encadena y ahoga
a hombres, rotas sus venas;
paseando sus antorchas
por si acaso una aurora
a su oscuridad se asoma.
libertad.
La calle es como una cueva
oscura y deshabitada
de amor para húmedo espacio
a llamar a la esperanza.
No tiene abrazos, ni labios
solo soledad que aplasta
el afán de un acaso
mañana no es cueva helada
en botas pisoteando.
Mientras crezca la inmundicia
en ella, no esperes hermano
que osadía: esa osadía
de los que empuñan el látigo
desde su tenaz codicia...
ciertamente babeando.
La calle es como una cueva
que encadena y ahoga
a hombres, rotas sus venas;
paseando sus antorchas
por si acaso una aurora
a su oscuridad se asoma.
libertad.