Buenas noches Antonio, nosotros hoy hemos tenido un dia soleado, para eso que ayer tambien tuvimos agua, menos mal que ya va quedando menos para que llegue la primavera
Es verdad, a partir de cierta edad hay que ver que deprisa pasan las estaciones, antes de que llegue el verano ya estamos en invierno, o asi una tras otra jeje, asi que habra que tomarselo en serio y vivir cada minuto como debe ser, lo mejor posible..
Besos
Es verdad, a partir de cierta edad hay que ver que deprisa pasan las estaciones, antes de que llegue el verano ya estamos en invierno, o asi una tras otra jeje, asi que habra que tomarselo en serio y vivir cada minuto como debe ser, lo mejor posible..
Besos
LOLI, me decía una amiga que, a veces, no sabía ni en el día que estaba. Yo le digo, que es porque no va a recoger aceitunas. A los 18 años, no se le olvidaba ni un minuto. Ahora, cuando pasas de los 65, son la mayoría domingos.
Un abrazo y os dejo estas letrillas.
POSTRARSE ANTE EL PATRÓN
Cuando nacen las flores
Por los caminos.
Llegan hasta la ermita,
Los peregrinos.
Una vara en la mano
Para ayudarse.
Se olvida del cansancio,
Al acostarse.
Recorriendo veredas,
Siguen su senda.
Un chapero en lo alto,
Su mejor prenda.
Cuando canta el jilguero,
O el ruiseñor.
Se vislumbra un cortijo,
De algún pastor.
Suena música de agua,
Por los barrancos.
Mientras corre en el prado,
Un buen potranco.
Se divisa a lo lejos,
Una silueta.
Una vieja campana,
Que ya está quieta.
Sin badajo ni cuerda,
Nadie la toca.
Las paredes de piedra,
Sobre una roca.
Van pasando los días,
Llega el momento.
De ver al Redentor,
En un convento.
Un cuadro de un pintor,
Antiguo, añejo.
Con un marco madera,
Sobre azulejos.
Toca parada y fonda,
A descansar.
Reponer las viandas,
De nuevo andar.
El Lucero del Alba,
Les va alumbrando.
Y una liebre, escondida,
Les va observando.
Queda poco camino,
Para llegar.
Las duquelas se olvidan,
En el cantar.
Al llegar a la ermita,
Es lo primero.
Postrarse ante el Patrón,
Pedir consuelo.
A. E. I.
Un abrazo y os dejo estas letrillas.
POSTRARSE ANTE EL PATRÓN
Cuando nacen las flores
Por los caminos.
Llegan hasta la ermita,
Los peregrinos.
Una vara en la mano
Para ayudarse.
Se olvida del cansancio,
Al acostarse.
Recorriendo veredas,
Siguen su senda.
Un chapero en lo alto,
Su mejor prenda.
Cuando canta el jilguero,
O el ruiseñor.
Se vislumbra un cortijo,
De algún pastor.
Suena música de agua,
Por los barrancos.
Mientras corre en el prado,
Un buen potranco.
Se divisa a lo lejos,
Una silueta.
Una vieja campana,
Que ya está quieta.
Sin badajo ni cuerda,
Nadie la toca.
Las paredes de piedra,
Sobre una roca.
Van pasando los días,
Llega el momento.
De ver al Redentor,
En un convento.
Un cuadro de un pintor,
Antiguo, añejo.
Con un marco madera,
Sobre azulejos.
Toca parada y fonda,
A descansar.
Reponer las viandas,
De nuevo andar.
El Lucero del Alba,
Les va alumbrando.
Y una liebre, escondida,
Les va observando.
Queda poco camino,
Para llegar.
Las duquelas se olvidan,
En el cantar.
Al llegar a la ermita,
Es lo primero.
Postrarse ante el Patrón,
Pedir consuelo.
A. E. I.