Otro ilustre Puertollanero, en la vida cultural y en la politica andaluza, Juan José Oña, en 1990 dibuja la feria de Puertollano como un prodigio de color y de ruido que ha vivido de maneras distintas. "De niño, alternando mi atencióna lo alto, con la búsqueda de varillas que caían inservibles despues de haber portado al infinito próximo sus cargas explosivas". Fechas de ropa recien estrenada, el trasiego de raciones regadas con cerveza, las colas para subirse a las Delicias, el Látigo o los coches-tope.