Puertollano: "los 300" de Elcogas son recibidos como héroes por 3.000 puertollaneros al redoble de tambores de huelga general
Dejaron atrás la torre de refrigeración, una señorona monolítica y enigmática que los despedía lanzando estelas de vapor en forma de interrogación. Los 300 trabajadores, familiares y ciudadanos de la comarca de Puertollano que han participado este viernes en la marcha por el futuro de Elcogas y de la ciudad industrial emprendieron su particular travesía del desierto lanzando proclamas sobre el asfalto, caminando en las flamas de la incertidumbre, diluidos en las reverberaciones del calor sobre la carretera. Pero no les pesaba tanto el calor de la tarde como el silencio de los accionistas de la central térmica. El bochorno y el silencio pueden dar paso a la tormenta y al trueno. A la huelga general.
La comitiva atravesó el paisaje industrial de Repsol, que les saludaba con sus penachos de humo sobre las cimeras metálicas de las antorchas. Precisamente no faltaron a la marcha trabajadores y sindicalistas del complejo petroquímico, ni los empleados de contratas, ciudadanos de esa urbe espejo de Puertollano que es la factoría de Repsol. A la entrada de la otra ciudad, el viejo Puertollano de la mina y el carbón, esperaban la práctica totalidad de los colectivos sociales, empresariales y vecinales. Llegaban los 300, con su cifra de proezas clásicas, y precisamente como héroes espartanos fueron recibidos los manifestantes, a los que se sumaron a partir de ese momento miles de personas.
El lema principal, “Elcogas no se cierra”, resume el grado de convicción existente en el seno de la plantilla y comité de empresa en que la planta de ciclo combinado no se cerrará a finales de año. A la marcha convocada por CCOO y UGT se sumaron también familiares, amigos, representantes sindicales de ENCASUR, Fertiberia y complejo petroquímico de Repsol así como una representación de IU encabezada por José Luis Centella, diputado nacional y portavoz de esta formación en el Congreso. Posteriormente lo hicieron representantes de todos los partidos con representación en la corporación municipal, Podemos y la Plataforma por el Futuro de Puertollano, entre otros.
Una confianza a prueba de bombas y que llevó en volandas a los participantes de la marcha, que en ningún momento desfallecieron pese a las altas temperaturas. Caminaron a toda pastilla, convenientemente equipados, con coches de apoyo para garantizar avituallamiento líquido y respaldados por equipos sanitarios de emergencia. En poco más de dos horas y cuarto se plantaban en las inmediaciones del “Cerrú”.
La convocatoria, aun siendo un éxito, no ha tenido la misma la respuesta de la manifestación convocada el pasado mes de junio. En aquella ocasión la épica se vivió en las calles, con 12.000 personas hartas de la situación socioeconómica de Puertollano. Ahora, la gesta la han escrito los propios trabajadores de Elcogas y sus familiares, arropados al final de la marcha, eso, sí, por unos 3.000 manifestantes, según la policía (5.000 según los sindicatos).
Pese a estar en población, los integrantes de la marcha no aminoraron el ritmo y llegaban a la Concha poco antes de las 19,30 pulverizando las mejores previsiones. En este epicentro de protestas en que se ha convertido dicho espacio municipal llegaron a concentrarse más de 3.000 personas que encarnan esa épica de brega y resistencia ante la adversidad que lleva tiempo aposentada en Puertollano.
Los trabajadores apenas daban muestras de que acababan de machacarse 13 kilómetros a buen paso y mejor ánimo. Están acicateados por su propia dignidad. El conflicto de Elcogas encara su fase decisiva sin que, por ahora, se hayan producido avances sustanciales más allá de un ramillete de buenas palabras e intenciones trasladadas desde el Ministerio de Industria y gobierno regional. De ahí, que las secciones sindicales de CCOO y UGT que integran el comité adviertan de que una nueva fase de movilizaciones “más contundentes” se vislumbra en lontananza.
“El tiempo de la diplomacia se agota y la paciencia de los trabajadores de Elcogas también” lanzaba como mensaje admonitorio José Luis Alcaide, presidente del comité, durante su intervención en la Concha. La fecha funesta del 31 de diciembre se aproxima y el accionariado de Elcogas continúa sin dar un paso que no sea plegarse al anuncio de cierre a finales de año.
Si la ausencia de un marco de negociación entre empresa y comité se prolonga más de lo deseable, en el seno del comité tienen muy claro lo que toca. Alcaide anunciaba que aparte de las concentraciones diarias, habrá encierros y para finales de septiembre una huelga en las instalaciones de la planta que precederá al paro general de octubre que ya adelantaron días atrás los representantes de CCOO y UGT. “A los sindicatos decirles que preparen una huelga general en la comarca de Puertollano” amenazó Alcaide si la empresa sigue por los derroteros del inmovilismo.
Aunque hay indicios de una posible cambio de actitud en la cúpula de Elcogas. Según desvelaba Alcaide, para el 11 de septiembre se ha fijado una reunión entre el presidente de la compañía y los sindicatos a la que algunos miembros del comité confían en ser llamados y participar. En ningún caso se contempla otro escenario que no sea revertir la decisión del cierre; Jesús Crespo asegura que de producirse esa reunión “no vamos a reunirnos para hablar de despidos y sí de soluciones”.
Un axioma innegociable con el que los representantes de los sindicales esperan frutos conforme avancen las reuniones y encuentros. Insisten en calificar el mes de septiembre como “crucial” para materializar una solución que pase por la aprobación de un marco regulatorio que garantice el futuro de Elcogas y también el sector minero-eléctrico del país. Para ello, el Ministerio de Industria ha de propiciar ese cambio normativo y desde el comité se pedía también la intermediación del gobierno regional para acelerar una solución cuanto antes.