Chapuza de cinco millones de euros en Puertollano: El agua y el abandono deterioran la urbanización del Leclerc recién terminada
El chapuzón desveló la chapuza. Buena parte de los cinco millones de euros invertidos por Agua Amarga como agente urbanizador del PAU-3 El Poblado de Puertollano se los ha llevado precisamente eso… el agua. Se trata de los terrenos destinados al parque comercial donde se está construyendo el hipermercado E. Leclerc. Las obras de urbanización, promovidas por la empresa andaluza Agua Amarga, que subcontrató actuaciones con la puertollanera Navarro Piquer (arrasada también jurídicamente tras su entrada en concurso de acreedores) en base al proyecto de ingeniería de Transprojekt, presentan un aspecto desolado, apenas un año después de su terminación. El fuerte aguacero acaecido el pasado 22 de septiembre y el abandono del lugar han puesto la puntilla.
La lluvia, las avenidas de agua que discurren por el cauce del arroyo que atraviesa la urbanización, los escasos puntos de desagüe, la mala calidad de la terminación del asfaltado y acerado, o la deficiente compactación del talud que soporta la elevación de los terrenos donde se está construyendo el hipermercado han provocado numerosos desperfectos. Lo más inquietante es el aspecto que presenta el talud en algunos puntos, y que amenaza con desplomarse de un momento a otro. El Ayuntamiento de Puertollano no ha anunciado hasta la fecha la recepción de las obras.
Son numerosos los vecinos que se quejan del desangelado aspecto que presenta una obra acabada hace apenas un año, pero sobre la que parecen pesar siglos. Las fuentes o no tienen agua o han sido víctimas de acciones vandálicas. El césped que hace un año verdecía, hoy es un pajizo reflejo. Las baldosas de las aceras, levantadas en no pocos puntos. El asfalto, arrasado por el agua y el trajín de los camiones que se dirigen a las obras del hipermercado.
Tampoco falta quien se queja de que la nivelación y el deficiente drenaje provoca inundaciones en algunas viviendas de la calle Palencia. Y para rematar, el alarmante aspecto que presenta el talud que soporta la elevación del terreno de más de 10 metros, y que amenaza con abrirse bajo los pies del incauto paseante. Las escasas bocas de desagüe que tienen que evacuar el cauce de un antiguo arroyo se vieron colapsadas el pasado 22 de septiembre y el agua pasó, incontenible, sobre un talud ya de por si deficientemente compactado.
Los vecinos pasean ahora con cierta tristeza, maldiciendo la sucesión de infortunios y chapuzas que han convertido el sur de Puertollano, desde el Abulagar hasta el Poblado, en un compendio de despropósitos urbanísticos.