>>>Todo había sucedido muy deprisa. El telefono no hubiera servido de nada. Lo había en alguna parte, pero solo al alcance de unos pocos y lejos de donde yo me encontraba. el la precipitación, magia y desconsuelo en la despedida, habíammos, olvidado nuestras direcciones
Me di cuenta, desolado. sobre la cubierta de aquel barco que olía a pescado, y que compartía con otros bajo un toldo en cubierta. Fue una noche fía. Apareció la costa al amanecer, y, momentos, después atravesamos. las lineas blancas e irregulares, de olas rompiéndose sobre la costa.
No tenía tu dirección ¿como fue posible tal olvido?... Noches frías bajo las estrellas se sucedieron. Pensaba en tí tanto como mis cometidos me dejaban. Sol y arena. Noches frías y largas, así un mes y otro...! Nunca podrás imaginar como se me dibujaba tu imagen, bajo la tormenta, en la terraza de aquel bar!! Como dibujaban mis manos, mis brazos, abrazos imposible! respiraba polvo y angustia, maldecía el destino. te pronunciaba de mis labios resecos, con mi recuerdo todo entero. Tu no tendrías esa sensación, o talvez si te rondara la soledad. A veces cerraba los ojos, extendía mis manos, y creía tocarte con mis dedos...
Lo escribí en un cuaderno, y este en un día de siroco, el viento me lo arrebató de las manos, y lo arrastró hasta la cúspide de una duna, perdiéndose por el lado contrario, trepé, hundiendo mis sandalias en la arena que abrasaba mis mies. Escarbé de mis manos en la ladera opuesta y... nada, el cuaderno había desaparecido.
De regreso a la jaima, cansado, me quedé profundamente dormido... caminabas sobre la arena, creo que flotabas, pues tus pies no la tocaban. Venías hacia mi, hermosa y sonriente. tu vestido transparente, me mostraba la hermosura de tu cuerpo, caminabas luego mas aprisa... te acercabas pero nunca llegabas, y yo tendía mis brazos hacia tí... antes de que desapareciera tu figura viera rodad de tus ojos unas lagrimas sobre la arena...
El desagradable sonido de una corneta, me robó tu visión, carreras y mas carreras, preparativos: era nuestro regreso.
Y llamé a la puerta que viera por vez primera, el día de el encuentro, el día de la despedida. nadie respondió. Sentí una angustia muy grande ¿y si todo fué mentira?! No, no podía ser.! No habías estado allí en el puerto!...! Tu no podías saber de mi regreso, había muchas cosas que entonces se ocultaban a los medios... Llorabas, lloraste, el día que me marche, sobre mi hombre!! no podía haber mentira en aquella despedida.
Me acerqué al acantilado.! nadie... no había nadie. Cambié de lugar en la esperanza de que aparecieras. Tenía ese presentimiento. No se cuantas veces miré el reloj. El destino me estaba castigando... cuando apareciste, caminando sobre la playa de la que me habías hablado aquella noche en El Parque.
! Hola! Te decía! hola! Estabas boca abajo, la cabeza sobre ambos brazos. Te giraste. Te incorporaste. te lanzaste sobre mi... te sentí desamparada, ten niña que hasyta me sentí torpe an te el momento...
-! Tengo varios día de permiso!
Se estremeció tu cuerpo junto al mío cuando pronuncié estas palabras. hace tiempo que te contemplo desde aquellas
rocas... mi niña de la tormenta aquella.
Las gaviotas, ese dia dibujaron círculos en el aire y algunas desde las rocas cercanas, pesé nos miraban curiosas.
Miré a la montaña: ni una solla nube.
-! Soy feliz!- te dije
-! Soy feliz- dijiste...
-! El destino fue cruel con nosotros! Me repetiría, y después, mucho tiempo! Muchos años
El destino nos dio y nos quitó. El destino nos castigo si piedad y muchas veces he pronunciado tu nombre, nombre de flor.
LIBERTAD.
Me di cuenta, desolado. sobre la cubierta de aquel barco que olía a pescado, y que compartía con otros bajo un toldo en cubierta. Fue una noche fía. Apareció la costa al amanecer, y, momentos, después atravesamos. las lineas blancas e irregulares, de olas rompiéndose sobre la costa.
No tenía tu dirección ¿como fue posible tal olvido?... Noches frías bajo las estrellas se sucedieron. Pensaba en tí tanto como mis cometidos me dejaban. Sol y arena. Noches frías y largas, así un mes y otro...! Nunca podrás imaginar como se me dibujaba tu imagen, bajo la tormenta, en la terraza de aquel bar!! Como dibujaban mis manos, mis brazos, abrazos imposible! respiraba polvo y angustia, maldecía el destino. te pronunciaba de mis labios resecos, con mi recuerdo todo entero. Tu no tendrías esa sensación, o talvez si te rondara la soledad. A veces cerraba los ojos, extendía mis manos, y creía tocarte con mis dedos...
Lo escribí en un cuaderno, y este en un día de siroco, el viento me lo arrebató de las manos, y lo arrastró hasta la cúspide de una duna, perdiéndose por el lado contrario, trepé, hundiendo mis sandalias en la arena que abrasaba mis mies. Escarbé de mis manos en la ladera opuesta y... nada, el cuaderno había desaparecido.
De regreso a la jaima, cansado, me quedé profundamente dormido... caminabas sobre la arena, creo que flotabas, pues tus pies no la tocaban. Venías hacia mi, hermosa y sonriente. tu vestido transparente, me mostraba la hermosura de tu cuerpo, caminabas luego mas aprisa... te acercabas pero nunca llegabas, y yo tendía mis brazos hacia tí... antes de que desapareciera tu figura viera rodad de tus ojos unas lagrimas sobre la arena...
El desagradable sonido de una corneta, me robó tu visión, carreras y mas carreras, preparativos: era nuestro regreso.
Y llamé a la puerta que viera por vez primera, el día de el encuentro, el día de la despedida. nadie respondió. Sentí una angustia muy grande ¿y si todo fué mentira?! No, no podía ser.! No habías estado allí en el puerto!...! Tu no podías saber de mi regreso, había muchas cosas que entonces se ocultaban a los medios... Llorabas, lloraste, el día que me marche, sobre mi hombre!! no podía haber mentira en aquella despedida.
Me acerqué al acantilado.! nadie... no había nadie. Cambié de lugar en la esperanza de que aparecieras. Tenía ese presentimiento. No se cuantas veces miré el reloj. El destino me estaba castigando... cuando apareciste, caminando sobre la playa de la que me habías hablado aquella noche en El Parque.
! Hola! Te decía! hola! Estabas boca abajo, la cabeza sobre ambos brazos. Te giraste. Te incorporaste. te lanzaste sobre mi... te sentí desamparada, ten niña que hasyta me sentí torpe an te el momento...
-! Tengo varios día de permiso!
Se estremeció tu cuerpo junto al mío cuando pronuncié estas palabras. hace tiempo que te contemplo desde aquellas
rocas... mi niña de la tormenta aquella.
Las gaviotas, ese dia dibujaron círculos en el aire y algunas desde las rocas cercanas, pesé nos miraban curiosas.
Miré a la montaña: ni una solla nube.
-! Soy feliz!- te dije
-! Soy feliz- dijiste...
-! El destino fue cruel con nosotros! Me repetiría, y después, mucho tiempo! Muchos años
El destino nos dio y nos quitó. El destino nos castigo si piedad y muchas veces he pronunciado tu nombre, nombre de flor.
LIBERTAD.