TARDE DE LLUVIA
Tras mi ventana la veía de caer, era fina y suave, cual si no quisiera hacerse de notar, desde mí privilegiado punto de observación, puedo ver como los transeúntes se protegen del liquido elemento, otros lo desafían y casi la agradecen, después de unos meses de sequía.
La calle poco a poco se cubría de humedad, abro mi ventana para dejar que entre el aire fresco, es entonces cuando me llega un olor característico y familiar, si ese aroma que solo la tierra mojada es capaz de producir.
El campo la agradece, ella le da lo mejor que posee, a la vez que con su forma suave de caer, respeta las flores sin dañarlas, como si solo la quisiera dar un beso en sus pétalos mientras se embriaga de sus perfumes.
Se levanta una suave brisa, la fuerza del agua en su caída va en aumento, los árboles se mecen en una especie de baile campestre.
Aparecen los primeros charcos en el suelo, nada importante, al fin de cuentas, el agua es fuente de vida y necesaria.
El cielo se da un respiro y comienza a abrirse, el sol sale decidido a calentar la tierra, el va tomando la humedad para transportarla por los aires.
Yo me quedo solo, solo tras la ventana, mientras impaciente espero la lluvia que esta por volver de nuevo.
Tras mi ventana la veía de caer, era fina y suave, cual si no quisiera hacerse de notar, desde mí privilegiado punto de observación, puedo ver como los transeúntes se protegen del liquido elemento, otros lo desafían y casi la agradecen, después de unos meses de sequía.
La calle poco a poco se cubría de humedad, abro mi ventana para dejar que entre el aire fresco, es entonces cuando me llega un olor característico y familiar, si ese aroma que solo la tierra mojada es capaz de producir.
El campo la agradece, ella le da lo mejor que posee, a la vez que con su forma suave de caer, respeta las flores sin dañarlas, como si solo la quisiera dar un beso en sus pétalos mientras se embriaga de sus perfumes.
Se levanta una suave brisa, la fuerza del agua en su caída va en aumento, los árboles se mecen en una especie de baile campestre.
Aparecen los primeros charcos en el suelo, nada importante, al fin de cuentas, el agua es fuente de vida y necesaria.
El cielo se da un respiro y comienza a abrirse, el sol sale decidido a calentar la tierra, el va tomando la humedad para transportarla por los aires.
Yo me quedo solo, solo tras la ventana, mientras impaciente espero la lluvia que esta por volver de nuevo.
buenas noches don cubero un abrazu que tal el domingo todo bien