A SOLAS CON MI SOLEDAD
Hoy tengo una importante reunión, tengo que poner al día algunos recuerdos, los hay buenos, son mayoría, pero también están los malos he inevitables, contra esos, nada podremos hacer ya que pertenecen al pasado siempre tan presente,
Comenzamos tal reunión recordando tiempos felices, me vienen a la memoria mil y una vivencia de mi juventud, esa juventud que aun hoy conservo en el corazón, la edad la dejaremos para el Carnet de Identidad.
Me asaltan a la memoria momentos felices junto con mis amigos de niñez y compañeros de colegio, ellos son un gran tesoro el cual llevo siempre conmigo, son ellos los que me han ayudado en momentos difíciles y duros, siempre dispuestos a dar sin recibir nada mas que una sonrisa, aquellos juegos en el patio del colegio, siempre bajo la atenta mirada de los “maestros”, también en la calle, éramos una gran “pandilla”, todos de más o menos la misma edad, bueno para ser mas exactos algunos mas jóvenes pero con la misma ilusión.
Juntos pasamos muy buenos y divertidos momentos, nos lo montábamos de película para aquellos tiempos que corrían, entonces no había muchos medios, pero a imaginación no nos ganaba nadie, de cualquier situación nosotros hacíamos un juego, no conocíamos el peligro o al menos no lo teníamos en cuenta, éramos traviesos como el que mas, pero por mucho que discutíamos y nos enfadábamos, siempre estábamos juntos y unidos, nada ni nadie nos podía separar y hay de aquel que lo intentara.
Lamentablemente el tiempo si consiguió separarnos, pero solamente en la distancia, pero en sentimiento y corazón ya sabe el que eso jamás lo podrá conseguir.
Dicho esto se levanta la sesión, no sin antes firmar el acta los asistentes, en este caso, mi soledad y yo.
Hoy tengo una importante reunión, tengo que poner al día algunos recuerdos, los hay buenos, son mayoría, pero también están los malos he inevitables, contra esos, nada podremos hacer ya que pertenecen al pasado siempre tan presente,
Comenzamos tal reunión recordando tiempos felices, me vienen a la memoria mil y una vivencia de mi juventud, esa juventud que aun hoy conservo en el corazón, la edad la dejaremos para el Carnet de Identidad.
Me asaltan a la memoria momentos felices junto con mis amigos de niñez y compañeros de colegio, ellos son un gran tesoro el cual llevo siempre conmigo, son ellos los que me han ayudado en momentos difíciles y duros, siempre dispuestos a dar sin recibir nada mas que una sonrisa, aquellos juegos en el patio del colegio, siempre bajo la atenta mirada de los “maestros”, también en la calle, éramos una gran “pandilla”, todos de más o menos la misma edad, bueno para ser mas exactos algunos mas jóvenes pero con la misma ilusión.
Juntos pasamos muy buenos y divertidos momentos, nos lo montábamos de película para aquellos tiempos que corrían, entonces no había muchos medios, pero a imaginación no nos ganaba nadie, de cualquier situación nosotros hacíamos un juego, no conocíamos el peligro o al menos no lo teníamos en cuenta, éramos traviesos como el que mas, pero por mucho que discutíamos y nos enfadábamos, siempre estábamos juntos y unidos, nada ni nadie nos podía separar y hay de aquel que lo intentara.
Lamentablemente el tiempo si consiguió separarnos, pero solamente en la distancia, pero en sentimiento y corazón ya sabe el que eso jamás lo podrá conseguir.
Dicho esto se levanta la sesión, no sin antes firmar el acta los asistentes, en este caso, mi soledad y yo.