PUERTOLLANO: Amigo Cubero: puedo asegurarte, que entre tanto malvado,...

LA SOLEDAD E LOS PARADOS (continuación)
Las hojas en el árbol, nacen y mueren. Otras en pleno verdor palidecen para luego ser arrancadas por el viento y perecer en diferentes caminos, le sucede al hombre, que sabe donde ha nacido, pero nunca sabrá hacia donde sus destino; cual será su final, pues este, depende de cuanto ya esté escrito, y ejecute el hombre, que se llama poderoso... pero so estaba previsto. Cierto es, que mientras hay vida, hay recuerdo: memoria. Y de esta el aprendizaje, que unos lo aprovechan y otros no, porque a veces, otros se apoderan de intenciones que oudieran haber tenido un buen fin.
Andaba yo, aquella mañana fría, por las ya muy conocidas callejas. Unas campanas, invitaban a el rezo a los fieles. Presentís a medida de que me acercaba, que "mi amigo estaba enfermo".
Fuera una semana: semana en que me viera con un sustancioso sobre, que quise compartir con el anciano amigo Otro domingo mas. (las campanas seguían en su tenaz llamada) Otro Domigo mas, en el que "recordando tiempos perores, dabámos buena cuenta de el contenido de la bolsa que to portaba. Había conseguido que, dejara "su palacio" (así lo nombraba a menudo) y nos desplazábamos, hasta ub descampado, por un áspero camino: allí me relataba sus historias tristes sin abandonar que en algunos pasajes, su bondadosa y alegre sonrisa.
Este domingo, nada mas atravesar el umbral de la puerta, destartalada, encontré esta, atada, con la cuerda, que otras veces, pendía de un costado. Viera sus pertenencias desparramadas, sobre el suelo húmedo. Unas lagrimas. brotaron de mis ojos al recordar días antes,, como me describía el lugar de su niñez y los cantos de los pájaros; entre los zarzales.
Chirriaba, la puerta. Era ELLA: la mujer piadosa que desde hacía tiempo, le procuraba, la comida de cada día. Al verme, dijo.
-! Se lo han llevado!..
Algo se rompía en mi interior, algo se desgarraba dentro de mi con las lágrimas de aquella mujer. Sus palabras sonaban en mis oídos, en rumores sordos.
! Se lo han llevado para siempre! Me contó como llegaste hasta aquí en una noche de lluvia, y que esa noche, compartió contigua cuanto le traje ese día. Siempre confió en ti... Estaba contento porque habías superado el bache.
Dejó la bolsa, de siempre, como si nada de lo que me contaba hubiese sucedido, mientras añadía:
-Hoy por sen Domingo, os traía algo especia!...
Cualquiera hubiera pensado que que aquella mujer estaba loca. Yo sabía que no. Yo sabía de su dolor, porque había perdido el compañero, cascarrabias, al que se había acostumbrado y... ¿porque no un brote de amor? Se adivinaba en sus palabras, cuando en voz muy baja, dijo:
! Mi viejo loco, tal vez si nos encontramos en aquel lugar en el que tu no creías; podrás saber...
No dijo nada mas. Tomé de la mano a aquella mujer, caminamos un rato por las calles, luego dijo.
! Adios, mi joven amigo!... me quedo aquí en el parque.
Cuando volví unos instantes después, le viera, su cabeza apoyada en las palmas de sus manos: sollozaba.
Soñé, soñé la noche la noche que siguiera a un nuevo toque de campanas; con dos ancianos, paseando en el parque. Después les viera, cogidos de la mano, por un sendero, lleno de luz, que se perdía en la distancia: Gesticulaban, suavemente... hablaban, reían... dejaban juntos este mundo alborotado... ELLA y ser con bienes terrenales abundantes, y El un pobre entre los pobres...
-Yo le hablaba de Dios- me había dicho ella- Yo le hablaba de dios, y el me respondía no querer hablar de lo desconocido.
Antes de despertar, decía ella: pronto llegaremos al final.
Respondía, el:! Posiblemente esté mucho mas lejos de la eternidad!
LIBERTAD.

Es de bien nacidos el ser agradecido, y ese final del relato lo demuestra con la actitud del joven, como siempre en tu línea de deleitarnos y hacernos reflexionar.. cuídate amigo

Amigo Cubero: puedo asegurarte, que entre tanto malvado, se encuentran hombres buenos... de otro modo sería imposible vivir.