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PUERTOLLANO: EN HONOR A LOS MINEROS DE TODOS LOS TIEMPOS....

EN HONOR A LOS MINEROS DE TODOS LOS TIEMPOS.

<<<LLEGÓ SU HORA. Había llegado el momento en que se dejan atrás, alegrías y tristezas. Llegó el momento, de dejar, el mundo de hombres maltratados.
Las nubes en la tarde; goteaban tristeza. Llovía. Una hilera de paraguas, portados por gentes silenciosas, iban tras de un ataúd, sencillo; en una larha caravana; hasta el cementerio. Algunas mujeres lloraban. Los hombres se mordías los labios, apretados, por recuerdos. Seguía goreando el Cielo, por valles y colinas. Gemía un viento frío como en un adiós a aquel buen hombre: Había muerto "el abuelo". Todos querían a el abuelo.
Era un día de otoño, en el que ya los caminos, están salpicados de hojas, y muchos árboles, lucían sus, ramas desnudas... que también parecía como si llorasen sobre la tierra, los pecados de algunos hombres.
Meditaba: Yo meditaba, mientras sobre mis hombros, sobre tiempos atrás, en que me encontré a el abuelo, sentado sobre una gran piedra, cerca de los huertos, rodeados de zarzales. Yo era muy niño aún. No se había percatado, por tener, su cabeza, apoyada, en sus manos; los codos sobre sus rodillas.
! Hola, abuelo!-dije- levantó la cabeza, y, mientras de su manos buscaba una postura para su pierna... en un gesto bondadoso, y con voz que expresaba melancolía, respondió.
! Hola muchacho! Y me miró largamente, como solía hacer siempre que nos hablaba de la condición humana. Me había obsequiado con una de sus mejores sonrisas, y luego mirando a lo lejos, allí donde "se juntaba el Cielo con el mar" y pasó mucho rato sumido en un silencio que se me antojó eterno. Luego se incorporó y posando sobre mi hombro una de sus grandes manos, me dijo:
-Vamos muchacho, vamos a el pueblo, pues ve a ser la hora, de que los exclavos, de muchos siglos, salgan de el pozo.., ¿Tu serás minero como tu padre? me preguntó tras un corto silencio.
-! No señor, yo no seré minero! -respondí en un tono de rebeldía
- ¿Y se puede saber que quieres ser? Me preguntó, mientras se detenía y me miraba fijamente.
-Pues no lo sé señor, cualquier cosa, en la que no tenga que ver,, a una madre, llorando en un rincón, y a un padre toser sin cesar, en la noche. Luego dije de pronto:! periodista! Quiero ser periodista, para que todo el mundo sepa, como a Vd aquel accidente en que algunos, perdieron la vida, y su hijo... y Vd-Yo miraba su pierna...
Hoy, años después, etoy recordando, recordando a el abuelo. Solo hace un momento, en que le hemos dejado, sobre la tierra que el amaba. Estoy en una de aquellas cabañas, en las que jugábamos de niños... el día en que sacaban muertos y heridos, de lo hondo de la mina. Estaba recordando a las mujeres que sollozaban, a los hombres silenciosos, y, y, al abuelo mucho mas joven; tirado en el suelo con su pierna ensangrentada. Se había acercado un hombre bien vestido, y tras el su capataz. El hombre bien vestido, le tendía, la mano... el abuelo hizo caso omiso, y si escupió muy cerca de ambos hombres en un gesto de desprecio. Estos, luego, se reunieron con la pareja de guardias, que miraban los cadáveres impasibles. Luego, los cuatro miraban a el hombre de la pierna herida, este se dio cuenta. En esos momentos sacaban a su hijo... muerto Hizo intención de incorporarse: no pudo, pero desde el suelo gritaba mientras, miraba a los cuatro hombres, de los que sabía hablaban de el.
Es to es todo culpa de, de usted, si de usted y de su capataz, perrillo faldero. esto es solo culpa, de tiranos explotadores, y de quienes desde las alturas les apoya. Le llamó de todo: payasos, monigotes, hombres sin alma, con algunas muecas de dolor, mientas sujetaba la pierna herida. No no os acerquéis os escupiré en la cara.
Unos de los guardias se acerco, y le mando callar... No calló, solo dijo en tono burlón.
Mira, otro servidor de no se que orden. Otro servidor de señoritingos. Se retiró el guardia y el grupo de cuatro, algo maquinaban de nuevo. El dueño de la mina se acercó y dijo:
Desde hoy queda despedido...
En tono de cólera, decía el viejo minero:! pues mira tu -decía dirigiéndose a el grupo d mineros que permanecían callados- pues mira que novedad, me plantea uno de los muchos zánganos que pululan por nuestra geografía...
Sonoros aplausos de los mineros, y slgunas mujeres, se les oyó gritar:! canallas!
Sin tan siquiera curarle, llevaron al abuelo al cuartelillo. Su esposa murió al poco tiempo. quedo solo en aquella humilde casa con un pequeño huerto. Las gentes de el pueblo le ayudaron.
Hoy el pueblo está mas silencioso que nunca. Las gentes se han retirado a sus casas. Las campanas no dejan de sonar. Son los niños que las voltean, por los hombres bondadosos y con el sentido de el deber y la justicia que como el viejo minero, arañan las entrañas de la tierra.
LIBERTAD.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Buen día te deseo amigo Libertad, buen día a Paloma y a ti, junto con los amigos que en breve estarán en vuestra compañía, solo me paré a dejarte mi saludo, copiar tu narración, que después he de detenerme en calma para disfrutar su lectura, gracias una vez más, siempre estaré en deuda contigo, ya antes comentaba a Carmen como estaba por éste foro sin más compañía y tú me dijiste, pues animémosle y así lo hiciste, no solo lo animaste, hiciste de éste rincón algo importante con tu sola presencia, ... (ver texto completo)