ROSARIO DE LA AURORA
He de confesar que algunos aquella mañana madrugaron, yo también pero menos, unos amigos y amigas asistieron al Rosario de la Aurora, otros solo pensábamos en el desayuno.
Una vez finalizados los actos religiosos, nos reunimos todos y después de los clásicos besos y abrazos con sus correspondientes risas, decidimos ir a tomar chocolate con churros.
¡Hay los churros! Bueno la forma la tenían, también aceite hasta de más, de la dureza mejor no comentamos, verdad amigos.
Omitiremos el nombre de la churrería de momento, pero con los años que llevan haciéndolos, creo que va siendo hora que se esmeren en el punto de fritura.
El caso es que los 7 asistentes a tan magno acontecimiento, nos reímos a mandíbula suelta, y disfrutamos de un desayuno placentero, bueno si olvidamos el detalle de los churros.
Unas fotografías para inmortalizar el encuentro, un par de chistes, que por cierto uno de ellos fue el desencadenante de una gran carcajada y en definitiva un maravilloso desayuno.
He de confesar que algunos aquella mañana madrugaron, yo también pero menos, unos amigos y amigas asistieron al Rosario de la Aurora, otros solo pensábamos en el desayuno.
Una vez finalizados los actos religiosos, nos reunimos todos y después de los clásicos besos y abrazos con sus correspondientes risas, decidimos ir a tomar chocolate con churros.
¡Hay los churros! Bueno la forma la tenían, también aceite hasta de más, de la dureza mejor no comentamos, verdad amigos.
Omitiremos el nombre de la churrería de momento, pero con los años que llevan haciéndolos, creo que va siendo hora que se esmeren en el punto de fritura.
El caso es que los 7 asistentes a tan magno acontecimiento, nos reímos a mandíbula suelta, y disfrutamos de un desayuno placentero, bueno si olvidamos el detalle de los churros.
Unas fotografías para inmortalizar el encuentro, un par de chistes, que por cierto uno de ellos fue el desencadenante de una gran carcajada y en definitiva un maravilloso desayuno.