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EL ENCUENTRO (continuación)
Yo era así mujer; te lo había dicho muchas veces; lo había dicho a lo lago de mi vida muchas veces. aparentemente despreocupado, me dejaba atrapar por las reces de el amor, tejiendo mis propias redes. No importaba el color de la rosa a cortar... buscaba su perfume: me entregaba a el, porque deseaba amar y ser amado.
Y es que el destino reconduce cada momento. Es un personaje desconocido, invisible, sin voz, al que se obedece... mas lejos, solo él sabe el final.
Apareciste tu, y desapareciste. Otros brazos, acariciantes, tomaron el relevo si decirte; que fuiste sueño entre mil sueños. un trozo mas grande de amor a recordar entre otros amores. dejaste huella.
Contigo lucieron lucros de ternura, pocos días después d conocernos: flores mas duraderas.
Habáimos regresado a el lugar de nuestro primer encuentro. EL RELOJ MARCABA. El reloj formaria parte de nuestro destino. No estuvimos mucho tiempo porque con las notas aquellas nuestros corazones latían al unesimo. algunas parejas, en la playa, en sus rincones mas oscuros se abrazaban: tal vez tenían su propio reloj. Algunos relampagos iluminaban el cielo hacia la montaña. Poco importaba aquella noche que las las nubes se abriran y dejaran caer tímidas gotas sobre nuestras cabezas... EL RELOj MARCABA SUS HORAS nosotros explorábamos nuestros cuerpos jadeantes... y ni tan siquiera luego, cuando dejamos el lugar y se hicieron mas tenaces, dejamos de abrazarnos. PORQUE VOY A ENLOQUECER, cantaba la lluvia, sobre nuestros cuerpos mojados Un relámpago iluminó los árboles de el contorno, y nuestros cuerpos mojados de sudor y de lluvia. Se rompió el hechizo. La tormenta era aliada de el destino.
Regresaríamos al baile... ANSIEDAD, DE TENERTE EN MIS BRAZOS... Nos teníamos. Los ojos cerca de los ojos, habndo esas palabras de amor que escuchan los sentidos. Y los sentidos MUSITABAN... Y nuestros cuerpos SE ALUMBRABAN de luces invisibles...
PORQUE VOY A ENLOQUECER. Había mucha gente, pero enloquecíamos.... pero cada principio tiene tiene su final... siempre el destino guiando nuestros pasos.
Siguieron otros días en nuestra pequeña y solitaria playa. Escribíamos amor sobre el agua, sobre la arena, una tarde tras otra hasta que nos amanecían las estrellas. Dibujábamos vientos de colores, mientras se estrujaban nuestros cuerpos sobre la arena. Buscábamos aprender y aprendimos, que amarse, aún con pasión, es algo de los mas hermoso que el destino nos brinda.
El destino, (siempre el destino) el destino quiso la separación. Supe cuanto me querías, en aquella despedida... yo vestido de aquella indumentaria, que también me había procurado el destino. Sollozabas. Con voz débil me decías:! te pido te cuides... mi niño!... "Como me sonó y como e sonaría, muchas horas, muchos días, esa cariñosa expresión de vuestra isla! debes de cuidarte, mi amor: me repetías... mi rostro se empapó de tus lágrimas.
Y el desierto. Y las dunas. Y tu canción... nuestra canción, todas las noches, bajo las mas brillantes estrella. Y tu despedida,.. mientras mis sandalias, pisaban arena y arena... muchos días son que la radio de otras noches, dejara caen sobre el desierto las notas aquellas. Y regresaba, de nuevo a mi "jaima" donde a la luz d la vela te escribía largas cartas Y una y otra vez: RELOJ NO MARQUES LAS HORAS...
Y las marcaría, luego muy tristes. El destino fue maldito. El destino nos maltrató.
Viajes. Soledad. Tristeza. y toda una vida de nostalgias... nostalgias repartidas, a las que amo, en alguna de las horas, que marca el RELOJ de mi destino.
LIBERTAD
Yo era así mujer; te lo había dicho muchas veces; lo había dicho a lo lago de mi vida muchas veces. aparentemente despreocupado, me dejaba atrapar por las reces de el amor, tejiendo mis propias redes. No importaba el color de la rosa a cortar... buscaba su perfume: me entregaba a el, porque deseaba amar y ser amado.
Y es que el destino reconduce cada momento. Es un personaje desconocido, invisible, sin voz, al que se obedece... mas lejos, solo él sabe el final.
Apareciste tu, y desapareciste. Otros brazos, acariciantes, tomaron el relevo si decirte; que fuiste sueño entre mil sueños. un trozo mas grande de amor a recordar entre otros amores. dejaste huella.
Contigo lucieron lucros de ternura, pocos días después d conocernos: flores mas duraderas.
Habáimos regresado a el lugar de nuestro primer encuentro. EL RELOJ MARCABA. El reloj formaria parte de nuestro destino. No estuvimos mucho tiempo porque con las notas aquellas nuestros corazones latían al unesimo. algunas parejas, en la playa, en sus rincones mas oscuros se abrazaban: tal vez tenían su propio reloj. Algunos relampagos iluminaban el cielo hacia la montaña. Poco importaba aquella noche que las las nubes se abriran y dejaran caer tímidas gotas sobre nuestras cabezas... EL RELOj MARCABA SUS HORAS nosotros explorábamos nuestros cuerpos jadeantes... y ni tan siquiera luego, cuando dejamos el lugar y se hicieron mas tenaces, dejamos de abrazarnos. PORQUE VOY A ENLOQUECER, cantaba la lluvia, sobre nuestros cuerpos mojados Un relámpago iluminó los árboles de el contorno, y nuestros cuerpos mojados de sudor y de lluvia. Se rompió el hechizo. La tormenta era aliada de el destino.
Regresaríamos al baile... ANSIEDAD, DE TENERTE EN MIS BRAZOS... Nos teníamos. Los ojos cerca de los ojos, habndo esas palabras de amor que escuchan los sentidos. Y los sentidos MUSITABAN... Y nuestros cuerpos SE ALUMBRABAN de luces invisibles...
PORQUE VOY A ENLOQUECER. Había mucha gente, pero enloquecíamos.... pero cada principio tiene tiene su final... siempre el destino guiando nuestros pasos.
Siguieron otros días en nuestra pequeña y solitaria playa. Escribíamos amor sobre el agua, sobre la arena, una tarde tras otra hasta que nos amanecían las estrellas. Dibujábamos vientos de colores, mientras se estrujaban nuestros cuerpos sobre la arena. Buscábamos aprender y aprendimos, que amarse, aún con pasión, es algo de los mas hermoso que el destino nos brinda.
El destino, (siempre el destino) el destino quiso la separación. Supe cuanto me querías, en aquella despedida... yo vestido de aquella indumentaria, que también me había procurado el destino. Sollozabas. Con voz débil me decías:! te pido te cuides... mi niño!... "Como me sonó y como e sonaría, muchas horas, muchos días, esa cariñosa expresión de vuestra isla! debes de cuidarte, mi amor: me repetías... mi rostro se empapó de tus lágrimas.
Y el desierto. Y las dunas. Y tu canción... nuestra canción, todas las noches, bajo las mas brillantes estrella. Y tu despedida,.. mientras mis sandalias, pisaban arena y arena... muchos días son que la radio de otras noches, dejara caen sobre el desierto las notas aquellas. Y regresaba, de nuevo a mi "jaima" donde a la luz d la vela te escribía largas cartas Y una y otra vez: RELOJ NO MARQUES LAS HORAS...
Y las marcaría, luego muy tristes. El destino fue maldito. El destino nos maltrató.
Viajes. Soledad. Tristeza. y toda una vida de nostalgias... nostalgias repartidas, a las que amo, en alguna de las horas, que marca el RELOJ de mi destino.
LIBERTAD
