Es una
cascada de 15 m de altura provocada por el derrumbamiento parcial de la presa natural que embalsa las
aguas de la
laguna del Rey.
En el año 1545, unas riadas excepcionales causaron estragos en gran parte de
España. Seis
conventos fueron destruidos en la
huerta murciana, varios
arcos del
puente romano de Mérida acabaron en las aguas del Guadiana y, en
Ruidera, la crecida de
San Lucas reventó la barrera tobácea, cambiando su fisonomía.