Ruidera, bello enclave en nuestra geografía, un oasis de privilegiada melodía de agua limpia y fresca que perdió un día a un hijo predilecto reconocido con una placa en su parque. Pero ¿Qué y cuánto hay que hacer para merecer dicho honor? Valentín sólo fue él mismo, fiel a si mismo, libre y auténtico, valiente como pocos, ser distinto y fiel a uno mismo es una de las mayores valentías de esta vida. Amó con hechos y en silencio, amó incluso sin ser amado y no le importó entregar sus días a aquello y aquellos a quienes amaba. Ahora tiene una estrella en el cielo, se ve cada noche claramente aunque no haya luna. Valentín, tu sonrisa, tu bondad, tu trabajo, tu mirada verde, tu infinita generosidad sean por siempre en nombre del lugar al que perteneciste, Ruidera, benditos seáis para siempre y si alguna vez alguien se pregunta quién fue Don Valentín Molina Rodríguez, que haya alguien que pueda contestar que alguien quien amó a su pueblo y a su familia por encima de él mismo. Alguien único, sencillo, bueno y libre, cuya luz en la tierra se apagó antes de hora por sufrir de más. Curioso cómo damos por sentado el hecho de vivir cuando cada día de vida es un regalo, y hoy que no estás entre nosotros, sólo tenemos la luz de tu Estrella, la placa en tu parque y mil recuerdos de juventud no siempre sensata y acertada por mi parte. Amados recuerdos los nuestros ahora que ya no estás, doy gracias al cielo por haber tenido el gran honor de conocerte bien. Te echaré de menos mientras viva, mi muy amado recuerdo y cada noche te busco en el cielo para darte las buenas noches antes de irme a dormir. DEP Mi Mejor y Amado Amigo Valentín????