Madre mía Niño de Alcudia esta vez lo has bordado. Me has hecho llorar cuando cuentas como conociste a tu novia porque parece que estaba yo a tu lado oliendo la retama y cuando nombras el rosario de las fincas del valle de Alcudia las voy reconociendo una a una aunque la verdad alguna no la he oído nombrar por primera vez. Yo creo que además de pastor eres escritor y no te enfades si te digo que te lo escribe alguien. Tus hijos o alguien pero a mí me encanta, no te enfades pero es que me extraña
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De ese
valle me queda el recuerdo de la luna plateada, el canto de los grillos y el croar de las ranas, el
color amarillo de la
flor de las retamas, el balido del cordero retozando por las lomas, el sonido de las cencerras y el revolar de las palomas, el serpeante arroyuelo rodeado de tamujos y el murmullo ligero de sus
aguas cristalinas, el canto de la abubilla en las encinas, el ladrido de los perros defendiendo la majada y el aullido de los lobos en la
noche callada. También recuerdo el rodar
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