El año pasado tuve la suerte que me llevaran a ver el pequeño vaticano, precioso, en plena Semana Santa, aunque hubo algo que no me gusto nada, entre a la iglesia y una buena señora al ver que estaba de visita, sin preguntarle ni nada empezó a explicarme que si el Santo esto, que si la Virgen lo otro, yo hacia fotos, era merecía la pena tenerlas. Esta buena señora se puso a hablarme mal del cura, yo que ni pregunté, ni me interesaba si el cura era bueno o malo, el caso es que quise dejar un donativo, y al ver que me dirigia a depositarlo donde estaba la ranura del cristo, se tiró de corteza a por el billete hasta quitarmelo de las manos y dirigiendose a mí, dijo, para que se lo quede el cura, con esto pagamos parte de las flores de los santos que salen esta noche en procesión. Me quedé de patata, sin saber que contestar, os juro, que si vuelvo, intentaré que nadie se acerque a mi, o por lo menos no sacare el monedero para nada. Sinceramente me dio verguenza ajena, sin saber que contestar. Se quedo con el dinero, no se al final si verdaderamente fue destinado a las flores, cosa que no me parece bien, o se lo quedó ella. En fin, esa duda siempre me quedara.