Voy poco a
San Lorenzo, pero cuando voy siempre llevo las ventanillas bajadas cuando me voy acercando al
pueblo, porque huele de maravilla...ese olor a
campo, a jara, a aire limpio...y ya cuando entras en el pueblo...ese olor al
pan de verdad, el olorcillo que sale de la
panaderia de Isidoro y Aladina, que no es normal después de pasarte todo el año comiendo baguettes precocinadas.
Lo dicho, que me encanta ir a llenar los pulmones de aire limpio y la boca de buen pan!!