Las dos personas mayores de esta
fotografía, ya fallecidos, uno era natural de
Solanilla del Tamaral y el otro ligado de manera fiel a esta aldea. Son especiales por muchas razones: eran todo corazón, inteligentes, pero sobre todo muy humanos. Yo guardo en mi interior un bonito recuerdo y me siento orgulloso de haber compartido parte de esta etapa de mi vida junto a ellos. Deseo que su cuerpo y almas, alcancen la paz que merecen. Han sido gente sencilla, que pasa desapercibida para el mundo, pero que calan hondo en aquellos que convivimos y les compartimos.