Si nos hallamos en el cruce de la
carretera que se dirige al Hoyo y
Solanilla del Tamaral, en un día de
invierno cuando la
niebla está muy baja, observaremos un bonito espectáculo, como es el caso de la
fotografía. El
paisaje nos deleita, con unas imágenes que nos obligan a pararnos y recrearnos para dar rienda suelta a nuestra imaginación y saber lo bello del lugar y lo agradable que nos resulta.