Todos llenos de fervor y alegría a pesar del cansancio de la celebración del
baile de la
noche anterior, nos acercamos a la
iglesia, para rendir culto a la Patrona y acompañarla llevando las andas a hombros hasta la pradera. Allí celebramos la misa campaña, bailamos, comemos y disfrutamos de la compañía familiares y
amigos. El día se hace corto, esta unión y fraternidad del colectivo, permite nos concedamos al menos en este momento un mayor espacio. Somos mas serviciales, mas sociables y mas amigos de nuestros amigos.