Al observar la fotografía, me invade de nostalgia y añoro los tiempos pasados, las gentes de Solanilla del Tamaral, que he disfrutado y compartido desde hace muchos años. Una parte importante ya no están, pero me SASTIFACE el haber vivido muchas situaciones con ellos, durante mi permanencia en esta aldea. Aunque miro al pasado con nostalgia, debo reconocer que no me causa malestar, mas bien un enorme orgullo, si, esos instantes de tertulias, fiestas patronales o partidas, en el bar de Angel o Frasquete.... Cada vez que observo estas fotografías antiguas, se me vienen viejos recuerdos. Las personas, que ya faltan y otras que ya son adultas. dentro de mi, ¡aviva!, la llama de la esperanza, quisiera que todo fuese como antes, niños en la escuela y ancianos en el cantón. No se debe vivir con nostalgia, pero si con el recuerdo, eso que deja buena energía y hace que no nos olvidemos de que ante todo somos seres humanos.