El día que estuve en este socabón, que ya ha sido en un par de ocasiones, hubo momentos que me sentí extraño, inseguro. En el fondo del mismo, se pierde la orientación y uno tiene la sensación de vulneralidad. Eso me lleva a pensar en las personas que tuvieron que trabajar noche y día, excavando metro a metro, para conseguir un sueldo misero en ocasiones y dejar su salud y juventud para poder salir adelante, ante una coyuntura social poco alagueña. Son tiempos para recordar y olvidar, espero que...