Quiero recordar con este artículo que escribí para el periódico de la Fé, durante las fiestas de Solanilla en el año 94, las personas fallecidas en esta aldea y aquellas que ocuparon el camposanto del cementerio de Pueblo Nuevo, es a la memoria de todos ellos.
El valle fue testigo de vuestro nacimiento, las encinas vigilantes continuas. El ciervo, jabalí y alguna que otro rapaz, son testimonio de vuestra evolución.
La materia viva del hombre,... El cementerio de Pueblo Nuevo reclama mi atención, es admirable contemplarlo. sus cipreses resultan inigualables, se me viene a la imaginación si no sería interesante el recuperarlo, como lugar de descanso de nuestros mayores. Reune sencillez y belleza y su acceso acondicionandolo, no resultaría demasiado costoso. Todos los que no sentimos identificados con esta pedanía, nos resultaría encantador que nuestros restos mortales posasen en este lugar, donde almas y cuerpos hallarían armonía y descanso...