Quiero recordar a esta persona por la que sentí gran aprecio, en el cantón tomando la sombra calurosa en los horarios de siesta del verano. cada vez que voy a la localidad y observo el lugar, no puedo olvidar sus anécdotas y exageraciones, igualmente los ratos buenos compartidos. Julio tu sonrisa era significativa y tu buén talante de vecino algo que no se puede olvidar. Hallá donde estes, yo te deseo el descanso eterno y hacerte saber que en mi interior hay un pequeño espacio para tu memoria de por siempre.
Estoy seguro que todos sabreís identificarlo, sus maneras tan caracteristicas y vocerío en las mañanas de verano. Esa era la esencia del tamaral, que por desgracia ha desaparecido. Ya no más voces, mas chistes, tan solo el recuerdo, que creo permanecerá en el interior de muchoS de los que sentimos apego por esta localidad.