Como mi amigo FAE debuta en política este año (¡toda la vida apretándole y ahora se arranca!) y considerando que tiene posibilidades de llegar a alcalde (¿recordáis el 12-1 de España a Malta?) le quiero dedicar estas líneas, para que como candidato oiga la voz de su pueblo y no piense que se pueden “ver los toros desde la barrera”.
Se ha escrito con cierta reiteración que los problemas del Tamaral son el arreglo de sus calles y la cobertura telefónica y que la solución estos problemas consiste en que el alcalde esté pendiente de las subvenciones, de solicitarlas y aplicarlas bien. Como quiera que parece que a fuerza de repetir una idea se acaba creyendo como si fuera cierta, no quiero dejar pasar la ocasión de cuestionar hasta qué punto la afirmación es correcta y que implicaciones tiene bajo mi particular punto de vista.
Para empezar, todas las convocatorias de ayudas y subvenciones se publican en los diferentes boletines oficiales de tirada diaria. ¿Es obligación personal del Alcalde leerse cada día todos los boletines oficiales? No lo creo compañero, no te asustes, que tal función corresponde de natural a la figura del Secretario municipal, por tanto ha de ser este quien dé cuenta al Alcalde de las novedades que en esta materia se produzcan. Lo mismo cabe de decir de los resúmenes, anuncios, cartas, etc… que sobre estos particulares llegan a los ayuntamientos. (¡De buena te has librado!)
Para continuar, estas convocatorias suelen exigir entre la documentación necesaria para concurrir la presentación de una memoria y/o proyecto técnico, un presupuesto, calendario de ejecución, etc… en función de la materia de qué se trate. ¿Puede o tiene el Alcalde posibilidad u obligación de redactar estos documentos?. Normalmente, no. Esta función es tarea de los servicios técnicos municipales (personal administrativo, arquitecto, aparejador, ingeniero, interventor, etc…) deben redactar los documentos necesarios para cumplimentar la solicitud y en caso de aprobación o concesión de la misma, justificar la correcta aplicación de los fondos recibidos. (Vaya, estás de suerte, otra cosa que no tendrías que hacer. Reserva fuerza, que lo peor está por venir).
Para terminar, remitidas las solicitudes con su documentación completa al Organismo convocante –habitualmente Junta y Diputación Prov. y ocasionalmente Ministerios en sus respectivos ámbitos competenciales- son sus servicios técnicos los encargados de examinar el cumplimiento de requisitos del solicitante, la corrección de la documentación justificativa y demás trámite, hasta elevar la propuesta de resolución a los correspondientes órganos de decisión, que son quienes finalmente aprueban o deniegan las diferentes solicitudes.
¿Entonces cómo se puede decir que teniendo a un alcalde pendiente de las subvenciones se solucionan todos los problemas del pueblo? Creo que te lo han dicho para asustarte y que no saques la cabeza de la trinchera, amigo mío.
¿Qué pinta el Alcalde en esta “fiesta”? En teoría, entre poco y nada.
En la práctica, debe rodearse de técnicos competentes (fácil de decir, complicado de pagar) y encargarse de su verdadera función: hacer política, que no es otra cosa que dedicarse a tratar con sus iguales (también políticos), que casualmente son aquellas personas que forman los órganos de decisión (de la Junta, de la Diputación Prov., de los Ministerios, etc…) y “convencerlos” que el destino idóneo de esos fondos es precisamente, su pueblo.
A partir de aquí no hay que ser muy listo para entender con qué actitud reciben las personas que integran los órganos de decisión de la Junta y la DIP tanto a los amigos (a esos, les dan el culo), a los enemigos (a esos, por el culo) y a los indiferentes (a esos se les aplica la legislación vigente). Conociendo tus preferencias sexuales, ya entiendo tu opción política.
En cualquier caso, si yo viviese en el Tamaral y tu fueras mi alcalde, no te pediría que me arreglases las calles (y eso que la puerta de mi casa goza de las peores condiciones de todo el término municipal, como bien sabes) o me sacases una raya más de cobertura al móvil… porque eso no soluciona el verdadero problema de esta aldea, que no es otro que la despoblación. ¿Sirven de algo unas calles impecables sin vida?
Basta mirar el censo o una pirámide de población para adivinar qué futuro nos espera tras años de “crecimiento negativo” (que diría Leire Pajín). A mi alcalde le pediría que fijase en el número 1 de sus objetivos el lograr atraer y consolidar una población residencial estable. Si no se invierte la tendencia que arrastramos desde hace más de treinta años, el Tamaral se convertirá en un lugar donde cada vez será más difícil vivir. Actualmente las personas que permanecen allí –tal vez con un 80% de ancianos- se abastecen de la venta ambulante, que sin duda acabará desapareciendo a medida que decaigan las ventas… fenómeno que a no tardar mucho, podemos acabar viendo. Y luego ¿qué tendrán que hacer estas personas? ¿Marcharse? ¿Esperar el socorro de fin de semana que les puedan proporcionar sus familias? ¿Cuánto tiempo más seguirá viniendo el médico? ¿Se acabarán llevando a los enfermos a pasar consulta a otros pueblos, del mismo modo que se hace con el colegio de los niños? ¿Cuántos años nos quedan de recibir el pan?
Y ciertamente el problema no tiene fácil solución. ¿Cómo conseguir que venga gente a vivir a un lugar como el Tamaral? Sólo conozco una medianamente eficaz: creando empleos. Claro, la pregunta del millón: ¿Cómo se crean empleos? ¡Eso se quisiéramos saber los dos! Como mínimo no impidiendo que las empresas se puedan instalar en nuestro término municipal…
Y aquí es donde a las dificultades en la creación de empleo que vive el país se añaden las limitaciones que el PORN recientemente aprobado nos impone. Explicarlas en detalle sería complejo, baste con decir que genéricamente no se puede hacer nada –dicho sea en términos casi absolutos- fuera de lo que actualmente es estrictamente el casco urbano.
Con estas premisas ¿qué empresa va a venir a instalarse a estos pueblos? Pues fuera de las directamente ligadas al Parque Natural, ninguna. Bien, hemos cerrado por Decreto nuestras puertas (y expectativas de crecimiento) a un 90% de la actividad económica posible, con lo que sólo nos queda una única fuente de riqueza: el cuidado y explotación de los recursos del Parque Natural.
Y en este particular, dos son las posibles líneas de actuación. De un lado, la turística en sus diversas modalidades (turismo de naturaleza y ocio, turismo cultural y científico, etc…) a través de servicios de alojamiento y restauración, y otros complementarios (transporte, visitas guiadas, actividades de ocio, etc…) Vistas las oleadas de visitantes que recibimos, no parece que a corto ni medio plazo sea esta la solución a nuestros males… De otro lado nos quedaría la administración, vigilancia, mantenimiento, investigación y promoción del propio Parque Natural, de iniciativa exclusivamente pública y por tanto financiada a través del Ministerio de Medio Ambiente y la Junta (creo que en esto la DIP poco tiene que decir). Por lo tanto la batalla se librará en esos despachos y corrillos políticos, que por otro lado no viven su mejor momento económico…
Por lo tanto a mi alcalde le sugeriría que en primer lugar tuviera la mejor sintonía posible con las personas que ocupen estas instancias y en segundo, que estuviera dispuesto a luchar a brazo partido – o a colaborar y buscar alianzas en los municipios más cercanos, en sintonía nuevamente con los partidos políticos gobernantes en esos pueblos- con el resto de localidades aspirantes a lograr estas instalaciones, porque en ello nos va la propia supervivencia. Veinte puestos de trabajo en Almodóvar del Campo no son gran cosa, pero ¿y esos mismos puestos de trabajo en el Tamaral? ¿Te lo imaginas? ¿A que te cambia la cara con sólo pensarlo?.
Caminos hay muchos, desde la persuasión eficaz a la alianza y el pacto, pasando por el regalo de suelo para la implantación de esos equipamientos, exenciones del ICIO, bonificaciones y ayudas fiscales, etc. y como esto es política, guardando un as bajo la manga: la ruptura con el Valle de Alcudia –que no nos conviene para nada, dicho sea de paso- y la creación del Parque Natural Sierra Madrona como entidad independiente, donde el Hoyo, el Tamaral y Solana del Pino serían “cabeza de león y no cola de ratón”, ya que los valores naturales, recursos, y estado de conservación de éste son infinitamente superiores a los que pueda tener el Valle de Alcudia.
Opinar y soñar de momento es gratis.
Ah! Y se pueden escribir unas cuantas líneas sin ofender a nadie!
Se ha escrito con cierta reiteración que los problemas del Tamaral son el arreglo de sus calles y la cobertura telefónica y que la solución estos problemas consiste en que el alcalde esté pendiente de las subvenciones, de solicitarlas y aplicarlas bien. Como quiera que parece que a fuerza de repetir una idea se acaba creyendo como si fuera cierta, no quiero dejar pasar la ocasión de cuestionar hasta qué punto la afirmación es correcta y que implicaciones tiene bajo mi particular punto de vista.
Para empezar, todas las convocatorias de ayudas y subvenciones se publican en los diferentes boletines oficiales de tirada diaria. ¿Es obligación personal del Alcalde leerse cada día todos los boletines oficiales? No lo creo compañero, no te asustes, que tal función corresponde de natural a la figura del Secretario municipal, por tanto ha de ser este quien dé cuenta al Alcalde de las novedades que en esta materia se produzcan. Lo mismo cabe de decir de los resúmenes, anuncios, cartas, etc… que sobre estos particulares llegan a los ayuntamientos. (¡De buena te has librado!)
Para continuar, estas convocatorias suelen exigir entre la documentación necesaria para concurrir la presentación de una memoria y/o proyecto técnico, un presupuesto, calendario de ejecución, etc… en función de la materia de qué se trate. ¿Puede o tiene el Alcalde posibilidad u obligación de redactar estos documentos?. Normalmente, no. Esta función es tarea de los servicios técnicos municipales (personal administrativo, arquitecto, aparejador, ingeniero, interventor, etc…) deben redactar los documentos necesarios para cumplimentar la solicitud y en caso de aprobación o concesión de la misma, justificar la correcta aplicación de los fondos recibidos. (Vaya, estás de suerte, otra cosa que no tendrías que hacer. Reserva fuerza, que lo peor está por venir).
Para terminar, remitidas las solicitudes con su documentación completa al Organismo convocante –habitualmente Junta y Diputación Prov. y ocasionalmente Ministerios en sus respectivos ámbitos competenciales- son sus servicios técnicos los encargados de examinar el cumplimiento de requisitos del solicitante, la corrección de la documentación justificativa y demás trámite, hasta elevar la propuesta de resolución a los correspondientes órganos de decisión, que son quienes finalmente aprueban o deniegan las diferentes solicitudes.
¿Entonces cómo se puede decir que teniendo a un alcalde pendiente de las subvenciones se solucionan todos los problemas del pueblo? Creo que te lo han dicho para asustarte y que no saques la cabeza de la trinchera, amigo mío.
¿Qué pinta el Alcalde en esta “fiesta”? En teoría, entre poco y nada.
En la práctica, debe rodearse de técnicos competentes (fácil de decir, complicado de pagar) y encargarse de su verdadera función: hacer política, que no es otra cosa que dedicarse a tratar con sus iguales (también políticos), que casualmente son aquellas personas que forman los órganos de decisión (de la Junta, de la Diputación Prov., de los Ministerios, etc…) y “convencerlos” que el destino idóneo de esos fondos es precisamente, su pueblo.
A partir de aquí no hay que ser muy listo para entender con qué actitud reciben las personas que integran los órganos de decisión de la Junta y la DIP tanto a los amigos (a esos, les dan el culo), a los enemigos (a esos, por el culo) y a los indiferentes (a esos se les aplica la legislación vigente). Conociendo tus preferencias sexuales, ya entiendo tu opción política.
En cualquier caso, si yo viviese en el Tamaral y tu fueras mi alcalde, no te pediría que me arreglases las calles (y eso que la puerta de mi casa goza de las peores condiciones de todo el término municipal, como bien sabes) o me sacases una raya más de cobertura al móvil… porque eso no soluciona el verdadero problema de esta aldea, que no es otro que la despoblación. ¿Sirven de algo unas calles impecables sin vida?
Basta mirar el censo o una pirámide de población para adivinar qué futuro nos espera tras años de “crecimiento negativo” (que diría Leire Pajín). A mi alcalde le pediría que fijase en el número 1 de sus objetivos el lograr atraer y consolidar una población residencial estable. Si no se invierte la tendencia que arrastramos desde hace más de treinta años, el Tamaral se convertirá en un lugar donde cada vez será más difícil vivir. Actualmente las personas que permanecen allí –tal vez con un 80% de ancianos- se abastecen de la venta ambulante, que sin duda acabará desapareciendo a medida que decaigan las ventas… fenómeno que a no tardar mucho, podemos acabar viendo. Y luego ¿qué tendrán que hacer estas personas? ¿Marcharse? ¿Esperar el socorro de fin de semana que les puedan proporcionar sus familias? ¿Cuánto tiempo más seguirá viniendo el médico? ¿Se acabarán llevando a los enfermos a pasar consulta a otros pueblos, del mismo modo que se hace con el colegio de los niños? ¿Cuántos años nos quedan de recibir el pan?
Y ciertamente el problema no tiene fácil solución. ¿Cómo conseguir que venga gente a vivir a un lugar como el Tamaral? Sólo conozco una medianamente eficaz: creando empleos. Claro, la pregunta del millón: ¿Cómo se crean empleos? ¡Eso se quisiéramos saber los dos! Como mínimo no impidiendo que las empresas se puedan instalar en nuestro término municipal…
Y aquí es donde a las dificultades en la creación de empleo que vive el país se añaden las limitaciones que el PORN recientemente aprobado nos impone. Explicarlas en detalle sería complejo, baste con decir que genéricamente no se puede hacer nada –dicho sea en términos casi absolutos- fuera de lo que actualmente es estrictamente el casco urbano.
Con estas premisas ¿qué empresa va a venir a instalarse a estos pueblos? Pues fuera de las directamente ligadas al Parque Natural, ninguna. Bien, hemos cerrado por Decreto nuestras puertas (y expectativas de crecimiento) a un 90% de la actividad económica posible, con lo que sólo nos queda una única fuente de riqueza: el cuidado y explotación de los recursos del Parque Natural.
Y en este particular, dos son las posibles líneas de actuación. De un lado, la turística en sus diversas modalidades (turismo de naturaleza y ocio, turismo cultural y científico, etc…) a través de servicios de alojamiento y restauración, y otros complementarios (transporte, visitas guiadas, actividades de ocio, etc…) Vistas las oleadas de visitantes que recibimos, no parece que a corto ni medio plazo sea esta la solución a nuestros males… De otro lado nos quedaría la administración, vigilancia, mantenimiento, investigación y promoción del propio Parque Natural, de iniciativa exclusivamente pública y por tanto financiada a través del Ministerio de Medio Ambiente y la Junta (creo que en esto la DIP poco tiene que decir). Por lo tanto la batalla se librará en esos despachos y corrillos políticos, que por otro lado no viven su mejor momento económico…
Por lo tanto a mi alcalde le sugeriría que en primer lugar tuviera la mejor sintonía posible con las personas que ocupen estas instancias y en segundo, que estuviera dispuesto a luchar a brazo partido – o a colaborar y buscar alianzas en los municipios más cercanos, en sintonía nuevamente con los partidos políticos gobernantes en esos pueblos- con el resto de localidades aspirantes a lograr estas instalaciones, porque en ello nos va la propia supervivencia. Veinte puestos de trabajo en Almodóvar del Campo no son gran cosa, pero ¿y esos mismos puestos de trabajo en el Tamaral? ¿Te lo imaginas? ¿A que te cambia la cara con sólo pensarlo?.
Caminos hay muchos, desde la persuasión eficaz a la alianza y el pacto, pasando por el regalo de suelo para la implantación de esos equipamientos, exenciones del ICIO, bonificaciones y ayudas fiscales, etc. y como esto es política, guardando un as bajo la manga: la ruptura con el Valle de Alcudia –que no nos conviene para nada, dicho sea de paso- y la creación del Parque Natural Sierra Madrona como entidad independiente, donde el Hoyo, el Tamaral y Solana del Pino serían “cabeza de león y no cola de ratón”, ya que los valores naturales, recursos, y estado de conservación de éste son infinitamente superiores a los que pueda tener el Valle de Alcudia.
Opinar y soñar de momento es gratis.
Ah! Y se pueden escribir unas cuantas líneas sin ofender a nadie!