Espero con este artículo, llegar a personas que necesiten una pequeña aportación u orientación sobre su propio reconocimiento. Si les sirve como auto ayuda me daré por sastifecho. Jose Luis, espero lo leas y me das tu opinión, un saludo para toda la familia.
LA AUTOESTIMA
Todos los seres humanos, percibimos dentro de nosotros en mayor o menor grado, el impacto que nos produce la relación con el medio externo y nuestro fuero interno. Este hecho, es común al colectivo y ello origina en parte, una valoración mental que hacemos “del yo”, base fundamental de la autoestima.
La interpretación que damos, a toda acción que desarrollamos mentalmente o que ejecutamos, cimentará la base de nuestra autoestima. El niño, el hombre, en definitiva el ser humano, disponemos de un instinto natural, que en síntesis, marcan las pautas del comportamiento de forma libre e individual, pero agentes externos o de formación, frenan en ocasiones su libre evolución, bloqueando los conductos que dan libertad a la espontaneidad. Es por ello no maduramos debidamente y de este proceso contra-natura, nace de nosotros las tendencias y efectos negativos: miedo, inseguridad, desequilibrio, etc.
Cuando nos sentimos culpables y no nos gustamos, si el miedo sustituye al coraje, si la irracionalidad es el escape al elemento consciente, nace dentro de nosotros una falta de autoestima, que determinará en un futuro, un proceso contrario a la madurez y esto conlleva que ciertos estados emocionales de inseguridad y culpabilidad, frenen los potenciales internos que todo ser vivo lleva dentro.
Muchos son los autores que han estudiado y teorizado sobre la autoestima, sus aportaciones han resultado mas que beneficiosas, para aquellas personas que intentaron asimilar su contenido y adaptaron sus medidas al entorno. Yo como profano en la materia, no deseo sustituir esta valoración, solo aportar “un granito”, si con ello cosigo un cierto freno, ante el desasosiego y la ansiedad, manifestaciones mas reales a este hecho. Los valores que a continuación determino, es seguro los entendereis y os ayudaran en parte.
Perdemos la autoestima, cuando dejamos de confiar en nosotros, cuando sentimos miedo y huimos a la realidad presente, cuando nos sentimos culpables, cuando no nos reconocemos, cuando somos inflexibles, cuando nos cerramos a nosotros y a la sociedad, cuando no confiamos en nuestra mente y sus posibilidades, cuando vemos solo a nuestros enemigos, cuando no reconocemos nuestros defectos o fallos lógicos, cuando no nos gustamos, cuando nos obligamos por encima de nuestras posibilidades a ser un “yo idea” prefabricado por nuestra fantasía, cuando nos autocensuramos, pero sobre todo, cuando desatendemos a nuestra capacidad de ser y estar.
Para recuperar estos valores, deberemos empezar por comprenderlos, como base fundamental en la recuperación de nuestra autoestima, ello conlleva tiempo y autodisciplina, pero es cierto que el primer paso estará dado desde el momento que nos abramos a nosotros, en busca de este hecho de condición natural al ser humano, que es su propia valía o autoestima.
Un dia la perdimos circunstancialmente, en ocasiones accidentalmente, pero si interiormente barajamos los elementos edecuados, dicha autoestima no flaqueará, si por el contrario se reafirmará dia a dia mucho mas.
El saber valorarnos no conlleva de perfección, ni tan siquiera de una apreciación continua, solo es necesario que sepamos de nuestra verdad presente, nos amemos y respetemos. Deberemos desarrollar valores innatos de forma libre y natural, dejar que la espontaneidad sea el reflejo de nuestro valor y asimilar las esperiencias como elementos aislados, que nos aportan conocimiento, modulan y flexibilizan nuestro carácter, como especie en continua evolución y movimiento.
El mirarnos al espejo todos los dias, aunque tan solo sea un segundo y sonreirnos con cariño y aceptación (amor), lanzará y creará resortes, que catalizarán esos momentos difíciles pero necesarios y lógicos en la vida de toda persona.
Somos siempre mas de lo que nos creemos, pero menos de lo que nos imaginamos, pero es cierto que somos nosotros como seres en potencia, y si nos reconocemos, nos amamos tal somos, ello nos servirá de base para sustentar la autoestima, de la que tanto se habla y que siendo la cimentación de nosotros, la solemos perder facílmente.
Autoestima, significa aceptación, realidad, racionalidad, seguridad, evolución, flexibilidad, confianza en uno mismo, valentía al medio y a nosotros. Es decir, amor, fe y perseverancia en el juicio que hagamos de nuestra persona.
Si queremos recuperar esta valía y confianza, solo con mover los eslabones básicos para su funcionalidad, lo podremos lograr. Las columnas soportes para ello, se cifran en dos palabras, como fundamento a su asentamiento y proceso. El amor a nosotros y la fe en nuestras posibilidades. Todo ello bajo una perpectiva de la realidad presente, serán los circuitos primarios, para su posterior proceso y desenlace final.
LA AUTOESTIMA
Todos los seres humanos, percibimos dentro de nosotros en mayor o menor grado, el impacto que nos produce la relación con el medio externo y nuestro fuero interno. Este hecho, es común al colectivo y ello origina en parte, una valoración mental que hacemos “del yo”, base fundamental de la autoestima.
La interpretación que damos, a toda acción que desarrollamos mentalmente o que ejecutamos, cimentará la base de nuestra autoestima. El niño, el hombre, en definitiva el ser humano, disponemos de un instinto natural, que en síntesis, marcan las pautas del comportamiento de forma libre e individual, pero agentes externos o de formación, frenan en ocasiones su libre evolución, bloqueando los conductos que dan libertad a la espontaneidad. Es por ello no maduramos debidamente y de este proceso contra-natura, nace de nosotros las tendencias y efectos negativos: miedo, inseguridad, desequilibrio, etc.
Cuando nos sentimos culpables y no nos gustamos, si el miedo sustituye al coraje, si la irracionalidad es el escape al elemento consciente, nace dentro de nosotros una falta de autoestima, que determinará en un futuro, un proceso contrario a la madurez y esto conlleva que ciertos estados emocionales de inseguridad y culpabilidad, frenen los potenciales internos que todo ser vivo lleva dentro.
Muchos son los autores que han estudiado y teorizado sobre la autoestima, sus aportaciones han resultado mas que beneficiosas, para aquellas personas que intentaron asimilar su contenido y adaptaron sus medidas al entorno. Yo como profano en la materia, no deseo sustituir esta valoración, solo aportar “un granito”, si con ello cosigo un cierto freno, ante el desasosiego y la ansiedad, manifestaciones mas reales a este hecho. Los valores que a continuación determino, es seguro los entendereis y os ayudaran en parte.
Perdemos la autoestima, cuando dejamos de confiar en nosotros, cuando sentimos miedo y huimos a la realidad presente, cuando nos sentimos culpables, cuando no nos reconocemos, cuando somos inflexibles, cuando nos cerramos a nosotros y a la sociedad, cuando no confiamos en nuestra mente y sus posibilidades, cuando vemos solo a nuestros enemigos, cuando no reconocemos nuestros defectos o fallos lógicos, cuando no nos gustamos, cuando nos obligamos por encima de nuestras posibilidades a ser un “yo idea” prefabricado por nuestra fantasía, cuando nos autocensuramos, pero sobre todo, cuando desatendemos a nuestra capacidad de ser y estar.
Para recuperar estos valores, deberemos empezar por comprenderlos, como base fundamental en la recuperación de nuestra autoestima, ello conlleva tiempo y autodisciplina, pero es cierto que el primer paso estará dado desde el momento que nos abramos a nosotros, en busca de este hecho de condición natural al ser humano, que es su propia valía o autoestima.
Un dia la perdimos circunstancialmente, en ocasiones accidentalmente, pero si interiormente barajamos los elementos edecuados, dicha autoestima no flaqueará, si por el contrario se reafirmará dia a dia mucho mas.
El saber valorarnos no conlleva de perfección, ni tan siquiera de una apreciación continua, solo es necesario que sepamos de nuestra verdad presente, nos amemos y respetemos. Deberemos desarrollar valores innatos de forma libre y natural, dejar que la espontaneidad sea el reflejo de nuestro valor y asimilar las esperiencias como elementos aislados, que nos aportan conocimiento, modulan y flexibilizan nuestro carácter, como especie en continua evolución y movimiento.
El mirarnos al espejo todos los dias, aunque tan solo sea un segundo y sonreirnos con cariño y aceptación (amor), lanzará y creará resortes, que catalizarán esos momentos difíciles pero necesarios y lógicos en la vida de toda persona.
Somos siempre mas de lo que nos creemos, pero menos de lo que nos imaginamos, pero es cierto que somos nosotros como seres en potencia, y si nos reconocemos, nos amamos tal somos, ello nos servirá de base para sustentar la autoestima, de la que tanto se habla y que siendo la cimentación de nosotros, la solemos perder facílmente.
Autoestima, significa aceptación, realidad, racionalidad, seguridad, evolución, flexibilidad, confianza en uno mismo, valentía al medio y a nosotros. Es decir, amor, fe y perseverancia en el juicio que hagamos de nuestra persona.
Si queremos recuperar esta valía y confianza, solo con mover los eslabones básicos para su funcionalidad, lo podremos lograr. Las columnas soportes para ello, se cifran en dos palabras, como fundamento a su asentamiento y proceso. El amor a nosotros y la fe en nuestras posibilidades. Todo ello bajo una perpectiva de la realidad presente, serán los circuitos primarios, para su posterior proceso y desenlace final.