Quiero hacer referencia auna leyenda urbana, que me han relatado, en este caso Dolores la mujer de Cristobal. Hace referencia a una persona del Tamaral, que en este momento no recordaba su nombre. Por lo visto, al morir lo llevaron a enterrar al cementerio viejo, en una mula dentro de un fardo, se les callo por el camino y comenzó a sangrar de manera continuada, luego posteriormente lo enterraron, pero quedaron extrañados por esa abundancia de sangre. Pasados unos años, en el mismo lugar se enterró a otra persona, cual sería la sorpresa de todos, al ver que el cuerpo del anterios al abrir la tumba en el suelo y en ese lugar, estaba totalmente incorrupto, se alarmaron y lo achacaron a que esa persona sería santa, pero posteriormente, enterraron a ambos juntos, en ese mismo lugar. La noticia se cundió, como si de un milagro se tratara y las gentes del lugar hacian referencia, no sin cierta supertición de esta anécdota. Es difícil saber que hay de cierto en estas historias urbanas, muy caracteristicas del momento coyuntural, social y religioso, pero lo cierto que levantaban la curiosidad de todos. Yo que soy curioso y me gusta conocer este tipo de entornos, trataré de buscar mas indicios, que me digan que hubo de verdad en esta historia. La tierra se lo come todo, el tiempo de los milagros ya está pasado, pero la curiosidad es innata en nosotros y eso nos lleva a querer saber más de todas estas situaciones.
Hace unos días, amigo Juan, publicaste un comentario en torno a otra posible "leyenda" de las que han circulado durante toda la vida por el pueblo, referente a la existencia de un tesoro, escondico en las cercanías del morrón, o castillón de los moros, enfrente de la finca el Chorrillo, en lo que es finca hoy de D. Manuel Yllera Hornedo, Solana del Toledano. D. Luis Amarillo, que creo que fue abuelo de Marina, tristemente fallecida en la actualidad, fue testigo directo de los hechos, pues fue quien condujo a los señores extranjeros que vinieron preguntando por el paraje en concreto, hacia el lugar exacto donde se encontraban las hoyas repletas de monedas de oro. Venían con mapas muy antiguos, que marcaban el lugar exacto al que D. Luis Amarillo les condujo, y donde efectivamente dieron con lo que buscaban. No se sabe quienes eran, tampoco de dónde venían, desconocemos el origen del tesoro, ni la naturaleza del mismo, y, sobre todo, por qué había mapas que documentaban su ocultación. Desconocemos el destino que le dieron, ni dónde fue a parar, pero hay una cosa que si es segura: en el lugar en que ocurrieron los hechos, aún hoy se pueden ver, tocar y fotografiar los trozos de las vasijas que contenían el tesoro. Yo no he tenido la ocasión ni fortuna de examinar esos trozos, pero si se que D. José Barragán, el dueño de uno de los chalets que hay a la entrada del pueblo, si lo hizo en su día, y posiblemente pueda enseñarte alguno de esos fragmentos. Alfonso, el guarda de la finca, conoce perfectamente el lugar, y la existencia de los mismos. Dolores conoce perfectamente esta historia, puedes preguntarle a ella, seguramente te dará algún detalle repleto de asombro y curiosidad. Y de paso, si te parece oportuno, te recomiendo que le preguntes sobre la existencia de un cementerio "moro" en la finca que por allí denominan la "umbría de los corderos", ya que es también curioso de escuchar. Saludos.