Lorenzo fué unos de los ancianos más longevos de Solanilla del Tamaral, nos unía una gran simpatía mutua y un respeto que siempre mantengo con los mayores. Lo recuerdo PERFECTAMENTE, le gustaba contarme anécdotas y yo le escuchaba con atención. Era un hombre que iba en muchas ocasiones andando a Puertollano desde el tamaral y de ello yo he sido testigo. Se montó tan solo una vez en mi coche, al ocurrirle un accidente a Manolito, su yerno, con la motosierra y tuvimos que realizar varias paradas para que arrojase, lo pasó tan mal que estuvo a punto de bajar y no subir más. Pero la situación y las prisas por saber de su yerno, le llevo a montarse y como es lógico a arrojar " las potas", en el coche. El lo sintió y yo hube de limpiar por dentro, pero salvo ello, todo resultó favorable, lo de Manolito, se le operó y fué todo muy bien. Hecho de menos a esas personas, unos ancianos, otros más jovenes de esta Pedanía, eran el alma del lugar, al marcharse ellos, siento que parte de la esencia de este lugar se ha perdido y eso me produce malestar, aunque a veces me refugio en la llama de la esperanza, pensando que nosotros los que hablamos y escribimos somos parte de esa luz, que aviva con fuerza para dar testimonio de esta tierra.