Es seguro que recordareís, estos días de verano, jugando al truque boceado, donde solo se le escuchaba a Julillo y Emilio, que bociferaban a cual peor, al cantar truque o retruque. Tambien las partidas de perejila, que formabamos un grupo; las prendas con una cerveza al lado.. cediendo algunas intimidades; los carimochos de medio limón o un limón con los franceses y como consecuencia de tragos en exceso, todos muy alegres; los paseos hasta el cementerio cantando y riendo a plena luz de la luna llena; los bailes en Solana y el Hoyo. Cuantos momentos compartidos y disfrutados, eso vale para siempre y marca la diferencia de otros instantes menos buenos de la vida real. Cuando nos sintamos tristes o diferentes, los podemos recordar, es seguro que nos positivaran y nos permitiran darnos un espacio, de este continuo agobio que es la luchar del día a día.